A mí me funcionó. El sesgo del superviviente.

Fuente: Wikipedia

Como me dejéis, acabaré haciendo una serie sobre los aspectos positivos de los sesgos… allá vosotros.

Ya hablamos de la ilusión de control, hoy toca el sesgo del superviviente.

Es sencillo, se trata de la formalización del dicho: «Cada uno cuenta la feria según le va».

Sin duda es lo más lógico contar la feria como te fue. ¿Dónde está el sesgo entonces? Pues en intercambiar «La feria ME ha ido bien» por «La feria HA ESTADO bien».

¿Y qué más da, Panadero nuestro, si la feria ya ha terminado?

El problema está en qué conclusiones se sacan y en qué planes se hacen para el futuro.

Si las conclusiones son «La feria ha ido bien PORQUE he hecho A y B». Pasaremos a repetir A y B, además de aconsejar a otros que lo hagan. Pudiendo encontrarnos con que todos los feriantes el año que vienen llevan ropa interior azul, que es la que yo llevaba este año, o fumado por aquel abuelo que vivió hasta los cien, o tomando mierdas y pesudomedicina porque alguien se curó MIENTRAS hacía determinada cosa.

La imagen con que encabezamos el artículo es de uno de los ejemplos más conocidos de este sesgo, en el artículo de Wikipedia os cuentan más (en inglés). Muestra un estudio de qué daños traían los bombarderos de vuelta de misiones durante la Segunda Guerra Mundial. Un análisis incorrecto nos podría hacer pensar que las zonas con impacto deberían ser reforzadas… pero en realidad muestra qué zonas pueden ser dañadas y que el avión CONSIGA VOLVER. La falacia del superviviente podría entenderse como una forma de cherry picking ya que estamos dejando sin analizar casos relevantes y obteniendo conclusiones equivocadas y peligrosas.

También puede ser entendido como una correlación espuria, relacionando dos cosas que se dieron a la vez (lo que hice y lo que me pasó) y asumiendo que hay una relación causal.

Como ya hemos explicado tantas veces, la correlación no implica causalidad, pero es lo único que tenemos para encontrar patrones y pistas que podamos analizar después con más cuidado. Así que no debe demonizarse, tan solo tomarse con precaución.

Es frecuente que en nuestras narrativas (a posteriori) de por qué nos fue bien la feria, aparezca nuestro esfuerzo (ya hemos hablado aquí en ese sentido más de una vez, ejemplo), y el papel fundamental que jugó.

Hace poco alguien escribió un estupendo hilo en Twitter sobre ello, y hoy me ha llegado una entrevista donde podéis encontrar más detalles (gracias, Lola). Y mucho ojo, que no es un «pobre quejica que le ha ido mal y se justifica»… es lo que cualquier llamaría un triunfador en lo suyo, pero que tiene la cabeza en su sitio.

Como os decía en mis post, o como dice este señor, hay un montón de factores DECISIVOS que escapan de nuestro control y que a veces son fruto del puro azar, pero también es cierto que puede haber causas escondidas que hay que analizar con detalle. Él habla de ser eficiente más que echar horas, por ejemplo. Os pondré otro ejemplo.

¿Habéis oído aquello de «Que hablen de mí, aunque sea mal» o habéis visto a tanta gente esforzándose por estar «visible», en el candelabro, como decía aquella?

¿Es entonces la visibilidad un buen factor para estar laboralmente o personalmente «disponible»? Sin duda.

¿Es determinante? No, para la mayoría de los casos.

¿Qué pensará alguien conocido y respetado en lo suyo que con levantar un teléfono consigue una entrevista, una ponencia, una oferta laboral? Pues quizá piense que, si llamas, mejoras sensiblemente tus posibilidades. Pero, ¿qué pensará quien está todo el día llamando a puertas que no se le abren? Que el prestigio del otro es lo que abre esas puertas, y que si no hubiera llamado aquel profesional reconocido, alguien le habría dicho ¿Has silbado?, como en el chiste aquel.

Mantener los contactos «calientes» mejora tus posibilidades de que «den resultados» cuando se necesiten, pero fíjate que una cosa es escribir a un colega de cuando en cuando, para cuando le llame para un proyecto con su empresa aquello funcione, y otra es llamar a alguien que no es tu colega (incluso hacerlo insistentemente) pidiendo y pidiendo. ¿Alguien ignora el rechazo que provoca esto?

Así que un análisis frío sí nos aconsejaría mantener los contactos activos, pero no nos diría que llamar a una puerta mejora «sensiblemente» nuestras posibilidades. Y acentúo sensiblemente, o si queréis lo cambio por «decisivamente».

Por supuesto que aquellos que no tienen otra cosa más que su esfuerzo, porque carecen de contactos, patrimonio, rentas, acceso a crédito, reconocimiento o talentos superlativos, lo mejor que pueden hacer es esforzarse, llamar a puertas e insistir. Lo mejor… porque es lo ÚNICO.

Nuestra mente insiste en buscar causas, patrones y porqués (otro sesgo creer que siempre los hay, pero a veces sí que existen), y como solamente tenemos esas correlaciones como pista, pedimos prudencia. Observemos la experiencia propia, la ajena, hablemos, pensemos, busquemos lo cierto entre las relaciones que vemos. Eso es espíritu crítico.

Bueno, también pedimos una cosa más: No victimicemos a quien no le fue propicia la suerte, que un día nos van a contestar mal.

1 Responses to A mí me funcionó. El sesgo del superviviente.

  1. […] historia de la vida, llegan a la conclusión de que es más que doable que estemos sufriendo el «sesgo del superviviente«. Es decir, estamos demasiados obsesionados con los sistemas vivos que superaron el «gran proceso […]

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