Ciencia y religión, ¿compatibles?

08012011251Mucho se habla sobre esto… o quizá no lo suficiente.

Se ocupan de cosas diferentes, ¿o no?

Quizá yo mismo haya dicho en ocasiones que la ciencia sólo se ocupa del cómo, mientras que la religión se ocupa del porqué, pero ambas intentan explicar «el mundo», ninguna se pone límites.

Si le das a la ciencia datos objetivos y comprobables, o bien la manera de reproducir una aparición mariana, ya verás si se ocupa o no se ocupa.

Por otro lado, ¿no es un deseo de cualquier persona religiosa ver funcionar «de verdad» sus oraciones o sus creencias? ¿De manera clara y comprobable en el mundo físico?

En mi opinión ambas intentan dar una explicación «correcta» y completa del mundo y les encantaría que «funcionase».

¿Cómo pueden los científicos ser religiosos?

a) Disonancia cognitiva

Aunque un buen amigo me acuse de vez en cuando de esto, es en otros muchos donde lo veo contínuamente, quizá por aquello de la viga…

Es sencillo de explicar.

1. En el laboratorio: F = m·a, e = v·t, etc.

2. En casa: tradiciones, creencias, emociones, opiniones…

Quizá no afrontamos el problema porque es estremecedor: Nada de lo que medimos parece indicar que haya ningún propósito en nuestra vida o en el Universo y, en tanto que así sea, y que no necesitemos esa hipótesis para explicar los fenómenos observados, deberíamos (científicamente) descartar esa idea.

Las emociones, el amor, la búsqueda de propósito… podrían muy bien ser simples «accidentes» de nuestra forma de vida que han resultado evolutivamente favorables y así han llegado hasta nosotros. Pura ilusión.

¿Entonces?

¿Creemos en que esto es cierto y cerramos los ojos, mientras nos sumergimos en la ilusión del amor y el propósito?

¿Simplemente no lo pensamos y le anotamos un grueso muro entre los razonamientos que hacemos en el laboratorio y la manera «tradicionalmente razonable de vivir la vida?

b) Alguien tiene que ganar…

Si no nos satisface sumergirnos en lo que creemos falso o vivir dos vidas paralelas, si queremos tener un pensamiento medianamente coherente, hay que decidir quién gana…

Una opción es aceptar que todo es una ilusión y vivirlo así (o dejarse morir). ¿Hedonismo, cinismo o suicidio? Joder… Desde luego no lo llamaremos «opción feliz», por los resultados en la gente que lo practica.

Otra opción sería querer creer que la ciencia que conocemos es un «subconjunto» de las verdades del mundo, o que las leyes de la física son como funciona el mundo «por defecto», pero que la intervención de la «cosa» trascendente en la que uno crea, puede modificarlas.

En este segundo caso, se vive la ciencia como algo necesariamente incompleto, y, sobre todo, que no es capaz de responder a las gravísimas preguntas que uno se sigue haciendo sobre el propósito o el amor. Y, peor aún, hay que buscar esas respuestas en lugares no científicos perdiendo nuestra «piedra de toque» de lo experimental y medible, teniendo que confiar en autoridades externas o pálpitos personales. La única solución «científica» en esta opción sería la percepción directa de esa «trascendencia», que debería ser susceptible de una prueba externa que evitara a tal buscador la duda de distinguir la experiencia mística de los desvaríos de un loco. Si vives en Matrix y eres Neo, debes poder esquivar las balas.

¿Entonces qué hacemos? ¿Qué hace la gente?

En mi opinión, la opción más popular es la disonancia cognitiva, como os decía al principio. Mucha gente de ciencia que conozco se conduce con un materialismo escéptico en todo lo referente al mundo material y después son personas que tienen y buscan propósito en lo personal, en lo que hacen, que dedican gran cariño y energía a hacer del mundo un lugar mejor, y que quieren a los suyos y a mí. De forma que perciben como esencialmente diferentes el amor por sus padres y el que tiene un conejito por los suyos.

Hay alguno por ahí que, creyendo firmemente en la ilusión del mundo, traiciona constantemente eso siendo una bellísima persona. «Le traiciona el corazón, como le solemos decir, los magufos que le admiramos y le queremos».

Sin duda hay también personas, en diversos tonos de gris, que no acaban de disfrutar de la «vida normal» atormentados por percibirla tan ilusoria. ¿Sabios tristes, quizá?

Y, finalmente, también estamos, digo están, los «científicos-magufos», aquellos que piensan que siendo ilusorio lo percibido, quieren creer que al disiparse la niebla hay algo. No se discute lo ilusorio de lo aparente, la discusión estriba en qué queda cuando se desvanece.

Pero, como os decía, para estos sigue el enorme problema, la espinita clavada, de querer un conocimiento cierto y que funcione, que colme el ansía de propósito y dé sentido al amor, y que no sea un «mal viaje» o un desvarío.

La vida no espera a que estés en condiciones de tomar una decisión para obligarte a tomarla. Ha sonado el despertador y tengo que vivir el día de alguna manera, ¿cuál será?

Querido, tú decisión tendrá que ser tuya. Si te interesa la mía… Quien ama parece más feliz, y es lo que me pide el cuerpo o el alma o la evolución (?). Así que, ¡apuesto a querernos!

Hasta la certeza, que tengas buen viaje.

12 Responses to Ciencia y religión, ¿compatibles?

  1. frasemagica dice:

    Si la religión y la ciencia dejan de lado los dogmas llegará el día en que se entiendan de verdad

    Me gusta

  2. mcastigarcia dice:

    Pues yo, no creo, ya me gustaría! (Como decía Mario Benedetti «Yo no sé si Dios existe, pero si existe, sé que no le va a molestar mi duda»
    Supongo que las emociones, que si tengo, las puede explicar la ciencia, seguramente la evolución tenga mucho que ver, o no,….
    Pero también apuesto por querernos

    Me gusta

  3. Te lo dije en Twitter y te lo digo aquí también, este tema me remueve profundamente, muchas dudas, ninguna certeza.

    Me gusta

    • javierfpanadero dice:

      Operativamente creo que querernos es una muy buena solución, filosóficamente sólo el acceso místico me parece satisfactorio (si entendemos que no es una ida de olla)

      Me gusta

  4. Gran post, compañero. Leyéndote me has recordado dos cosas. Primero lo que decía Rusell sobre el solipsismo, que era coherente sostener la tesis de que el mundo y todo lo que contiene ha sido creado hace escasos segundos en mi mente y solo yo existo. Pero, seguía diciendo Rusell, ¿quién es capaz de vivir bajo las consecuencias de esa hipótesis? Nadie. Ergo, el mundo externo existe. Algo similar pasaría aquí. Puede que todo sea una ilusión, pero ¿conoces a alguien capaz de acatar hasta sus últimas consecuencias esa hipótesis? Yo no, luego…
    Y otra es que la ciencia intenta comprender el universo como un todo y sabe que tiene un límite: uno seguro es aquello que haya antes del Big Bang (¿qué es eso de una singularidad, un punto inextenso de energía infinita? Un nombre para lo que no podemos nombrar), luego el misterio existe. Otra cosa es que queramos explicar ese misterio llamándolo dios, singularidad o x, en vez de aceptar que somos finitos y nuestro conocimiento limitado. Así que, ¿quién sabe? A lo mejor sí que hay un propósito y puestos a apostar, como señalaba Pascal, es mejor apostar por aquello que produzca mayor beneficio, ¿y el amor al prójimo no trae una mayor, y tal vez ilusoria, felicidad? Pero si todo es ilusión, no habrá mayor felicidad. Así que querámonos.

    Me gusta

  5. Pedro dice:

    Ciencia y religión son compatibles (al menos la mayoría de ramas de la ciencia son compatibles con la mayoría de las religiones) en el sentido de que se puede ser religioso y hacer aportaciones valiosas a la ciencia. En eso no hay duda. Quizá la pregunta sería si es *coherente* ser científico y religioso al mismo tiempo. Y eso quizá dependa de la religión o de la manera particular de entenderla de cada uno, aunque a mí me parece que creer en milagros difícilmente puede considerarse coherente con tener una visión científica del mundo o de nosotros mismos.

    Me gusta

Deja un comentario