Tú ordenas y yo obedezco, ¿o no?

Hay un espacio entre la orden y la obediencia.

Es un espacio muy pequeño, que nos cuesta ver y que se esfuerzan en que no veamos… pero existe.

Pasamos por allí corriendo, con los ojos cerrados, tapándonos los oídos… pero tenemos que pasar obligatoriamente por allí.

Esa tierra tan menoscabada, tan ignorada, tan negada a veces por nosotros mismos se llama Responsabilidad Individual.

Cuando te dan una directriz, una orden, te dicen que cumplas una ley, el universo entero se calla esperando tu respuesta.

Y es entonces cuando dices «De acuerdo», cuando haces tuya esa decisión, cuando asumes eso que te hayan dicho y cuando te conviertes en responsable de su aplicación. Sí, responsable. Sí, tú. Sí, te jodes.

Por supuesto que sé que hay influencias, sugestiones, presiones, amenazas, sobornos, contrapartidas y demás.

Y, sí, por supuesto que sé que a veces hay una pistola apuntando a tu cabeza.

Pero lo de la pistola no pasa tantas veces, ¿verdad? ¿Es siempre a vida o muerte? ¿El pan de tus hijos?

De hecho no son muchas ocasiones en las que apretamos a quien nos ordena y le pedimos que muestre sus cartas, que nos diga qué pasará si no hacemos aquello. Que nos concrete ese miedo abstracto que tenemos a las consecuencias de la desobediencia. Podría ocurrir que defender nuestras convicciones morales tuviera un coste más que asumible.

El mensaje de este post es muy sencillo: «Te jodes».

Sí. Te jodes. Alguien te ha hecho una pregunta y no puedes evitar responder. Incluso no responder es una respuesta. Igual te parece una putada, pero es lo que hay. Ahora la pelota está en tu campo y eres responsable de tu decisión y de tus actos. Te guste o no.

Así que no vamos a negar ese espacio, de hecho voy a ensancharlo lo más posible, para mí y para aquellos con los que me encuentre. Ya que me tengo que comer con patatas las consecuencias de mis acciones y mis decisiones, por lo menos voy a tomarlas yo, por lo tanto se acabaron «es que me dijeron que tenía que», «es que la normativa dice que», «es que mi jefe dice que».

Resumiendo:

Vive como quieras y paga el precio.

Y esto no es una elección, es la consecuencia de vivir, dejemos de negarlo y de aceptar que nos lo nieguen.

De hecho, hace tiempo escribí otra entrada con ese título, por si os interesa.

 

 

 

 

7 Responses to Tú ordenas y yo obedezco, ¿o no?

  1. Concha dice:

    En el 2011 decias que había que fastidiarse con j y ahora, 2014, dices «te jodes». ¿qué ha pasado entre estas dos fechas en tu vida? En la mía un gobierno del PP.

    Me gusta

  2. Cesar dice:

    Alguien dijo una vez «las normas son para los idiotas que no son capaces de tomar decisiones». Yo siempre me apliqué lo de «vive como quieras y paga el precio». Y vive dios que lo pagué: arruinandome. A éste país, o esta sociedad, o esta civilización, no les gusta demasiado la gente que vive como quiere. Es la letra pequeña que habría que contar.

    Me gusta

  3. […] no es óbice para que aquel cuyos principios sean tan elevados que la norma les sepa a poco hagan un análisis más profundo y sean más justo y más éticos de lo que la sociedad les demanda. Maravilloso y ojalá cada vez haya más personas […]

    Me gusta

  4. […] Por eso escribo posts como este, sobre la responsabilidad individual (Tú ordenas y yo obedezco, o no.) […]

    Me gusta

Deja un comentario