La actividad regulera…

Hoy quiero compartir con vosotros una actividad que no ha salido muy bien, en la que nos hemos encontrado problemas, hemos tenido que recular, topado con inconvenientes, se ha ido de tiempo… lo que un gurú quizá encontraría inconfesable, pero que para los profes de a pie es el día a día.

Lo hago recordando ese sesgo de no publicar resultados negativos que hay en la investigación y que nos lleva a tener gente repitiendo cosas que no funcionan, simplemente porque no es sexy contar ni publicar errores o cosas que llegan a callejones sin salida.

La actividad.

Quería hacer algo sobre historia de la tecnología, pero no de la manera habitual. Así que pensé en que investigaran sobre inventos “relevantes” de la historia y yo les preguntaría alguna cosa sencilla sobre ellos (cuándo, quién, qué ventaja aportaron, etc.)

Primer error: Recogida de datos.

Subestimé lo majos que sois.

Pues un mensaje en una lista de correo de divulgadores y por tuiter esperando cuatro o cinco ideas. Bien, pues aluvión de propuestas con listas infinitas de inventos superinteresantes. Cabrones…

Emails, listas puras, listas con explicaciones, tuits, mensajes directos… tocó un buen rato de proceso.

Así que, si lo hacéis vosotros, pasad un formulario… o no tengáis amigos tan majos.

Primer problema: ¿Cuáles?

El trabajo no puede ser infinito, así que hay que elegir. ¿Qué criterio usar? Hay mil y probablemente lo mejor sea una mezcla de unos y otros. Está claro que hay algún fijo como “la imprenta”, pero luego puede haber muchos criterios: por vidas salvadas, por mejora de la calidad de vida, por gente implicada, por ayuda grande aunque sea a un colectivo solo…

Esto te va a llevar casi a tantas posibles compilaciones como personas, pero bueno, como os digo, todas son pensables. Así que no es tanto un error, como una decisión a tomar.

Siguiente problema: ¿Qué preguntar?

Tomé la idea de las cinco W del periodismo e hice una tabla con los inventos como entradas y como campos: Quién, Cuándo, Dónde, Qué beneficio produce y la fuente donde se ha encontrado la información. Quise añadir otra sobre posibles usos peligrosos que acabé descartando por no alargar.

No tiene mala pinta, ¿verdad?

En este punto, como superinnovador, les dejé a su suerte en esa red de redes donde están todas las respuestas, para que las buscaran (colaborando si querían) y luego les preguntaría yo el fruto de sus pesquisas.

Empecemos con la lavadora (invento que me encantó incluir por el gran cambio que supuso en la vida de las mujeres).

¿Cuándo se hizo?

Y ya empiezan las discrepancias… ¿Qué es una lavadora?

Porque si pensamos en esas que se hacían girar manualmente, el origen es uno, pero si pensamos en que tiene que ser un “ELECTROdoméstico” entonces nos tenemos que ir a otro momento en el tiempo y a otras personas…

“Javi, pero entonces, ¿cuál es?”

Todas y ninguna. Depende del criterio y hay varios criterios pensables. Tenemos que elegir uno para que cuando lo pongamos en común hablemos de lo mismo.

“Pero entonces, ¿cuál?”

La que queráis, pero tenemos que elegir un criterio…

“Pero es que a mí me sale…” “Y a mí”…

Mi propuesta es ambigua. Pero no solo en esto.

Mirad qué pasa en la imprenta, Si entráis a este enlace veréis que fue posible gracias a la existencia de muchos inventos previos sin los que NO sería posible. ¿Cuándo y en quién ponemos el origen? ¿En el primero de los archiperres necesarios?¿En el momento en que se juntan todos?

Mirad qué pasa con la anestesia. La movida empieza con Llull, pero él ni siquiera experimenta con animales, sólo sintetiza una sustancia que otro se da cuenta de que le da risilla, otro la usa con pollos… este dedito compró un huevo, este le puso sal…

En este caso a mí me mola empezar con el primero que hace una intervención en humano usando anestesia, pero es un criterio arbitrario y discutible.

Como veis, que rellenen esa tabla de manera autónoma y lleguen a las mismas conclusiones que las mías es algo imposible. Así que no puedo hacer este ejercicio de búsqueda autónoma y terminarlo con una prueba donde rellenen sus datos, porque no vamos a coincidir. 

Más problemas.

¿Qué pasa con los errores y las leyendas urbanas? ¿Qué pasa con Meucci y el teléfono? ¿Con Julio Cervera y la radio?¿Y con el cine y otro español… que os dejo como ejercicio a vosotros, lectores?

¿Cómo pueden saber que lo que leen en sitios confiables y libros de texto puede estar mal? “Todo está en Internet, ¿verdad?

En este punto al menos han quedado claras varias cosas interesantes:

  1. Según el criterio y la definición, buscamos cosas distintas
  2. La ciencia y la tecnología son un esfuerzo conjunto y dilatado en el tiempo y quien “corona” es sólo parte del proceso. Y esto, por el machismo histórico, incluye a las esposas de tantos investigadores que los han mantenido vivos y a las que nadie pensará en incluir en un paper por cocinar o lavar la ropa… pero sin esas tareas no habría investigado aquel. Ni sin el carnicero que le trajo la carne, sin quien limpió su calle, quién construyó su casa. La ciencia y la tecnología son un producto social, por más que se quieran privatizar sus beneficios.
  3. Todo está en Google, pero yo sé que si hablo de asepsia quiero hablar de Semmelweis y sé que si me sale Marconi, tengo que seguir buscando. Mis ojos no ven lo que ven los suyos. Ni yo veo el bosque como lo ve un botánico.

Soluciones… o intentos.

A la vista de esto lo que tocaba era una revisión de “experto” de lo que habían encontrado. Así que pasamos a invertir otros días en que yo les contase sobre cada cosa, sus ramificaciones, etc. (ya habíamos invertido en las búsquedas suyas que hicieron en horas de clase).

Esto consumió unos días, claro. A mi parecer muy interesantes porque les iba abriendo páginas, relacionando cosas (flipan con cómo y qué cosas relaciono)… pero también había quien caía catatónico sobre la mesa y quien resoplaba invocando piedad a algún dios. Vaya, que para ellos no eran (todos) tan interesantes.

Evaluamos

¿Qué mido yo ahora para saber el aprovechamiento? Sus hojas rellenas están plagadas de errores, asunciones no explícitas… Así que les paso una mía.

Pero entonces no les puedo preguntar sobre esa hoja porque el ejercicio consistiría en buscar un dato por su fila y columna… y estos están en cuarto de la ESO.

Así que pacto con ellos que de la primera selección de 51 les voy a preguntar cosas concretas y sencillas sobre 20-25, que marco en mi tabla y comparto. Y finalmente les paso un test preguntando sobre esas invenciones humanas…

Aftermath

Muertos por aburrimiento, unos cuantos. Horas invertidas, demasiadas. Aprendizaje final conseguido, debatible.

Es cierto que la búsqueda principal nos arroja varias conclusiones excelentes sobre la búsqueda de conocimiento en la red, en esos tres puntos que os puse antes. Pero para ese aprendizaje usar dos o tres horas se me antoja excesivo.

Si al final, lo que va a funcionar es una “clase magistral” donde este experto pueda dar un conocimiento elaborado que ellos no están en condición de generar, pues entonces empecemos por ahí.

¿Qué otra cosa podría hacerse?

Quizá, si lo que queremos es un ejercicio de búsqueda tendríamos que ir a preguntar cosas muy, muy concretas sobre esos inventos. ¿Quién operó a un humano por primera vez bajo anestesia? ¿Quién sintetizó el éter por primera vez? ¿Quién lo llamó éter?

¿Es posible que esto le dé suficiente profundidad al conocimiento de lo que significa el invento? Lo dudo.

¿Trabajos en grupo por inventos? Tenemos el problema de “digerir” la información como lo hacemos nosotros y que suelen descuidar escuchar las exposiciones ajenas. Si al final tengo que corregir sus exposiciones para que no enseñen errores… caemos otra vez en la clase magistral.

Así que, queridos míos, no tengo demasiado claro cómo hacer esto de manera efectiva, quiero decir, que no acapare miles de horas y que produzca un aprendizaje de calidad.

Aquí os dejo estas reflexiones para quienes puedan ser de provecho y si tenéis a bien comentar vuestras propias reflexiones, experiencias o propuestas… por malas que hayan sido… seguro que su lectura le es de provecho a otros compañeros.

También os dejo por aquí la selección inicial de “inventos” por si os sirve de semilla para vuestras propias actividades.

2 Responses to La actividad regulera…

  1. Lo primero, Javier, darte las gracias por compartir lo que crees que no ha salido bien. Lo del sesgo de los resultados negativos en ciencia es un gran problema, aunque no creo que lo sea en educación donde los resultados ni son objetivos ni reproducibles. La propuesta que no funciona con un profesor y un grupo de alumnos puede funcionar perfectamente con otros.

    Por otro lado, a mí me parece que lo has descrito ha sido un éxito. Quizá no tanto en lo que se refiere al conocimiento de la historia de la tecnología como a lo que significa buscar información, la fiabilidad de las fuentes, etc.

    En lo que se refiere a la historia de la tecnología, las conclusiones que han sacado me parecen más interesantes que saber quién o en qué fecha inventó algo.

    Es decir, efectivamente si el objetivo era que los alumnos finalmente supieran esa lista de inventos con las respuestas a las preguntas, evidentemente al final la clase magistral (u otras posibilidades) funciona mejor. Pero, ¿eso es tan interesante? ¿Cuántos lo recordarán un mes después? ¿Cuánto recuerdas tú un mes después?

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    • javierfpanadero dice:

      Gracias, Santiago.
      Tengo sentimientos encontrados y, efectivamente si recuerdan cuando conté que gracias a mi frutero yo puedo enseñar y que la ciencia es un esfuerzo colectivo, es posible que ya fuera un éxito. Una alumna dijo espontáneamente «Qué bonito». Por eso lo describí con detalle para repensarlo y que podáis pensarlo en todos sus aspectos y ver qué se puede sacar de todo aquello. Un abrazo.

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