¿Cómo sortear el complejo de impostor?

¿Qué es el complejo del impostor?

El complejo de impostor es esa sensación de no ser lo suficientemente bueno para ocupar el puesto en el que uno está. De esta forma, te sientes un «timador», alguien al que echarán con vergüenza cuando por fin se den cuenta de la «verdad».

Si preguntáis sobre esto a personas que os parezcan muy cualificadas o cuyo desempeño os parezca digno o incluso bastante bueno, hallaréis con sorpresa que muchos de ellos lo sufren sin que esa sensación se corresponda con la realidad sobre su nivel. Por eso hablamos de «complejo» es una distorsión de la realidad en la mente del que así se siente, no son impostores de verdad.

Vivir con ello tiene muchos efectos negativos.

Lo primero es vivir con mucha angustia, como os podéis imaginar. Después te vuelcas en el trabajo, claro para intentar compensar tu «incapacidad». También ocurre que rechazas trabajos o tareas para las que eras capaz y te apetecían, porque no te evalúas a ti mismo con justicia. Cobras poco o lo haces gratis Como veis, un desastre.

¿Cómo dejar de sentirme como me siento?

Eso se lo dejamos a los profesionales de la salud mental. Lo que intento hacer yo es buscar maneras de poder actuar de manera más cuerda, aunque me siga sintiendo un «impostor». Por eso el post se titula «sortear» y no «curarse de».

Os confieso que al sortearlo, en muchas ocasiones la sensación se vuelve más débil. Así que, aunque no sea una «cura», sí que se le va ganando terreno.

Este tipo de comportamientos. Buscar protocolos para «sortear» mis «locuras» es lo que os contaba en La Cordura de Saberse Loco, os dejo por aquí el enlace al audiolibro.

Entonces, vamos al grano: ¿Cómo sortearlo?

Digamos que te plantean hacer un trabajo, te ofrecen un puesto.

1. Despeja dudas objetivas

¿Me contratan para esto porque se creen que tengo el título de entrenador? ¿Me contratan porque creen que soy un actor con experiencia?

Se les avisa.

«Oiga, que yo he hecho algo de teatro, pero no soy un actor con estudios de teatro, ni tengo gran experiencia.»

Normalmente lo que ocurre es que ellos YA lo saben y ya te han visto trabajar, han leído cosas tuyas, han tenido en sus manos cosas que has fabricado tú. Y te llaman, precisamente, porque saben lo que quieren… y te quieren a ti.

Eso nos lleva directamente al segundo punto.

2. Que se jodan

Quien te quiere te merece y viceversa. (Sacado de mi libro, citado antes)

No te preocupes por ellos. Saben quien eres y eso es lo que quieren. Pues que se jodan. En su elección tienen su premio (si eres guay) o su castigo (si eres la mierda), pero es SU decisión.

Tú preocúpate de pensar si A TI te apetece/conviene ese trabajo, que los demás ya se preocupan de si les conviene a ellos.

3. Concéntrate en la obra y olvídate de ti

Durante mucho tiempo (y a veces lo sigo diciendo) cuando me preguntaban sobre cómo presentarme, yo les decía: «Di que soy Javi y que hago cosas».

Lo que yo ofrezco al mundo no es lo que soy, es mi obra.

La gente se comerá mi tortilla, leerá mis libros, escuchará una conferencia mía, una clase, una actuación musical…

Quién soy yo es un asunto secundario. Lo importante es que la tortilla esté buena, mis libros sean de calidad, mi conferencia o mis clases enseñen y mi actuación sea artísticamente digna.

No hace falta tener mil títulos de cocinero que avalen mi tortilla si está buena, y si está mala, no te la querrás comer por más que tenga catorce estrellas Michelín.

Insisto, yo le ofrezco al mundo mi obra, para que la disfrute o la rechace en el ejercicio de su libertad y su gusto.

Con esto en la mente, reduzco el tiempo en que pienso si soy buen o mal fotógrafo y me esmero en hacer una buena fotografía, que es lo que quiere mi cliente.

A mí esta idea me da mucha paz y me permite producir obras de mucha más calidad y en muchos campos en los que en principio no me hubiera atrevido.

4. ¿Cuánto cobro?

Otra derivada del complejo del impostor es minusvalorar tu obra.

Si te parece que no deberías tener este trabajo, imagina cómo vas a «atreverte» a pedir dinero por ello. De esto se aprovecha mucha gente y acabas mal pagado o incluso haciendo cosas gratis. A veces no es que se quieran aprovechar es que tú te niegas (!) a cobrar lo justo.

Esto también tiene arreglo, insisto, aunque te sigas sintiendo raro por dentro.

¿Cuánto debo cobrar? Muy sencillo. Lo que cobren otros. Fin.

Ya hemos quedado en «que se jodan». Ellos quieren que yo les haga la comida, la han probado y, «sorprendentemente» quieren que la haga yo. Bien, que se jodan. Hasta ahí ya hemos llegado. Sigamos.

¿Cuánto debo cobrar? ¿Cuánto cobran otros?

  • Busca a profesionales que den el servicio que a ti te piden.
  • Pregúntales cuánto cobran
  • Ahí tienes tu tarifa

Si le quieres hacer un «descuento de amigo» o lo que sea, pues se lo dices: «Mira esto cuesta X, te voy a cobrar un diez por ciento menos». Y así todos sabemos en qué punto estamos.

Ellos se van a comer tu comida. Tu obra «les vale». Lo mismo que se comerían la de un cocinero «de verdad». Ya la han probado y les parece rica. Tu obra ES una obra profesional, cumple la función. Así que debes cobrar lo que cobra un profesional.

Si mi comida te apaña, la pagas a precio de comida.

Si mi comida no te apaña, no te la hago y todos felices.

Pero eso de tu tortilla me vale si me la das tirada de precio o gratis, no. Si te apaña, la pagas. Si no, no perdemos tiempo ninguno.

Finalmente

Y ya, como veréis no son cosas tan difíciles de hacer y a mí, al menos, me resultan muy efectivas.

Así que, con todo cariño: Dejad de preocuparos y ¡floreced!

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2 Responses to ¿Cómo sortear el complejo de impostor?

  1. libreoyente dice:

    Excelente, muy cierto y muy útil.

    Me gusta

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