El respeto ni se pide ni se gana, se exige.

Lo primero sería precisar de qué hablamos, porque algunos definen respeto como admiración, otros cortesía (digamos un mayor miramiento que el que la educación básica pide), otros «auctoritas» (esa autoridad que te conceden por admiración o méritos y que lleva a que te sigan u obedezcan por voluntad y no por acatamiento), y así, variantes hasta el infinito.

Podría ser que mucha discrepancia venga de que no hemos acordado qué significa el término para nosotros.

Para mí tiene dos aspectos básicos y de esto es de lo que voy a hablar aquí:

Uno es la consideración a la condición de persona de cualquiera, lo que incluiría los derechos básicos, la integridad física, el honor, la intimidad, etc. Algunos prefieren llamarlo educación o civismo.

Otro tiene que ver con la situación en la que se está o la labor que se  desempeña. Por ejemplo, un moderador te da o quita el turno de palabra y eso debe respetarse en el ámbito de un debate.

Es frecuente oír decir que «El respeto hay que ganárselo» o que «Si respetas, te respetan». Son dos frases que me activan diez mil alarmas.

Los derechos no se ganan, son derechos. Punto.

En este caso, que hablamos de puros derechos humanos, soy acreedor a ellos por mi propia condición de persona. No hay nada que ganarse, que pactar, de lo que deba convencer a nadie o que esté en la voluntad o capricho de nadie concederme. También me preocupan aquellos que respetan o piden respeto por «cosas» como la edad, los estudios, la posición social… ¿qué hacemos entonces con los que carecen de esos «atributos»? ¿No les respetamos?

Hablando como profesor, supongo que habréis oído más de una vez la enorme cantidad de tiempo que se pierde en las clases intentando poner orden. Si no sois profesores, quizá no sepáis cuánto trabajo y cuánto tiempo se invierte en encontrar maneras, estrategias, «inventos» (alarmas, semáforos, gráficos…) para conseguirlo. Creo que hemos perdido el norte.

¿Estamos diciendo entonces que cosas como el cuidado del entorno, que callen cuando el profesor u otro alumno está hablando, que no agredan verbal o físicamente… deben ser «ganadas»? ¿Que si al muchacho no le «gusta» la materia o tu forma de explicar, puede elegir incumplir algunas de esas facetas del respeto a las personas?

Pues mira, no.

Sería maravilloso que la gente fuera respetuosa de por sí, pero ya sabéis que unos lo son y otros no, que hay quien depende cómo le pille el día o le venga el aire, y ahí está el problema, ¿cómo debemos actuar con quien no nos respeta, con quien le explicas y le explicas que somos personas, que estamos en cierto entorno, y no le «convences»?

Porque hay chavales que son así. Y no es sólo por la edad, no os engañéis, los adultos también somos así, también está el que no entiende (o no quiere entender) qué hay cosas que son de otro, que hay cosas que son de todos… y no es porque no se le haya explicado, o porque tendría que ser evidente. No todos somos tan buenos como tú (te crees que) eres.

Me parece que venir de un mundo educativo mucho más autoritario, en el peor sentido, nos ha llevado al otro extremo del péndulo con malas consecuencias tanto para el trabajador como para los estudiantes (y los padres).

Y digo trabajador con toda la intención, porque fijaos: ¿Qué diríais si en vuestro trabajo se os insultase/agrediese dependiendo de la voluntad de vuestro jefe o compañeros? ¿No diríamos que es acoso laboral? ¿No hay leyes contra eso? ¿Es obligación contractual de los profesores tener que soportar esto? Podríamos decir lo mismo del personal sanitario… con el agravante de que ahí son adultos, mayormente.

En el entorno educativo se añade además que el profesor es la autoridad que debe garantizar el derecho a la educación (y el resto de derechos) de los menores que allí se hallan. Así que no sólo no tiene que asumir la falta de respeto, sino que está ahí para garantizar que no se produzca.

Por supuesto que deben explicarse y razonarse las normas… Y después, por supuesto también, deben hacerse cumplir. Cuando te cuesta media hora diaria explicar la misma norma, es que te están tomando el pelo. Cualquiera que trate con público general, con chavales… o que se mire al espejo… o se acuerde de cuando era niño, lo sabe.

Una derivada de eso de «ganarse el respeto» que no suele contemplarse es lo que estamos diciendo de aquellos que no son respetados, de los que reciben abusos puntuales o sostenidos. Les estamos culpando de lo que sufren. Precioso. Así que, el chaval al que roban el bocadillo, que insultan, que pegan… debe ganarse el respeto. Muy bien. Y el profesor, también. Si le insultan, que se esfuerce, que se lo gane, ¿verdad que sí? Es algo muy miserable, que espero se medite mejor cuando se dicen esas cosas.

Es respeto es un requisito para la interacción humana civilizada, no un objetivo, ni un deseo… ni un, «si os apetece».

Curiosamente, estas cosas que se les «permite» a los muchachos, este elegir si respetan o no a los profesores y los centros de enseñanza… se acaban de manera abrupta a la mayoría de edad, cuando se les lanza sin miramientos a un mundo lleno de obligaciones, límites, frustraciones, porcojonismos… Un lugar donde tienes que llegar a la hora al trabajo o a la ventanilla, un lugar donde eso que le decías al profesor, si se lo dices al jefe te despide, si al policía te multa, si al juez… igual te vas a la cárcel. Un lugar donde el uso o la amenaza del uso de la fuerza te «explica» que debes acatar las normas. No es extraño que así tengamos a muchos chavales aterrizando en el mundo con un despiste considerable y llevándose unas cuantas tortas según salen al MundoReal.

Profesores, enseñemos lo que son los derechos y hagámoslos respetar, esa es una parte importante de enseñarlos. Es nuestro puto trabajo, somos los garantes de los derechos de esos menores. Respecto de nosotros, somos trabajadores, con nuestros derechos laborales (¡y humanos!). Cuando el entorno sea hostil, toca reivindicarlos y exigirlos, con los medios legales a nuestro servicio. No es tu culpa, no «va con el trabajo». Hay entornos amables y entornos que no lo son, y cuando toca ponerse en tu sitio, hay que hacerlo. Es una incomodidad y una injusticia, pero así es la vida. Crezcamos.

Creo que hay que hacer hincapié también en esa terrible frase de «Si respetas, te respetan».

Joder, ¿cómo puede decirse eso? Cualquiera que lleve diez minutos en este puto planeta sabe que esto no es necesariamente así. ¿Ha sido así en la vida de alguien?

Esto es el típico sesgo de la ilusión de control. A nuestro cerebro le encanta pensar que está en nuestra mano controlar los acontecimientos haciendo o dejando de hacer ciertas cosas. Es como aquello de «Si te esfuerzas, lo conseguirás» y todas esas mierdas que obvian la multitud de causas que influyen en cualquier fenómeno, que son generadas por otras personas, condiciones actuales (o previas) o el propio azar y que pueden ser completamente determinantes en el resultado.

No señores, puede que yo respete mucho a todo el mundo y que cualquiera me falte el respeto, pasa todos los putos días en todos los putos lugares. Vaya, te ha pasado a ti innumerables veces. Recuerda las mil veces que te han tratado mal sin que hubiera provocación alguna por tu parte… y si quieres hacer un ejercicio de humildad, piensa en las veces en que tú has tratado mal a otros sin provocación o justificación alguna.

Así que no, profesor, tu obligación es enseñar tu materia y civismo. Si todos los días debes invertir la mitad de la clase en convencerles de que te concedan el respeto al que tú y los otros sois acreedores por vuestra propia condición de persona, lamento decirte que te están tomando el pelo y lo que hacen es conseguir que se pierda la clase y tú habrás fracasado en tu deber de garantizar el derecho a la educación de esos menores.

P.S.: Me veo pisando charcos más de una vez que no son «míos», quiero decir, que no son cosas a las que esté expuesto personalmente, por ejemplo, si hablo del paro juvenil, yo que soy funcionario y no tan juvenil. Pero es que sí son míos, porque son de todos.

En este caso en particular, habrá quien piense que soy un profesor que no se «sabe imponer», al que los chavales no respetan porque «no tiene ni idea» y no le conceden la auctoritas aquella, o que me odian, que soy de «la vieja escuela»… en fin, cualquier cosa salvo leerse la argumentación e intentar entenderla. Desde luego no voy a discutir con trolls, pero sería divertido apostar, en lugar de discutir, y que se viniesen un día conmigo para ver que, en realidad, estoy más cerca del otro extremo en todas esas cosas.

¿Debería, entonces, callarme y dejar que cada uno hable de sus problemas? ¿Culparles de la hostilidad que sufren? Este Panadero vuestro, no.

Insisto, es mío también porque es de todos. Eso es ser un ciudadano en mi opinión.

17 Responses to El respeto ni se pide ni se gana, se exige.

  1. […] Hay que tener mucho ojo con esto, porque a veces se infiltra en nuestras creencias sin que nos demos cuenta y, efectivamente, estemos “midiendo” el valor de las personas por lo que son capaces de hacer, haciendo “rankings” y, disculpadme, pero me da casi tanto asco hacer una lista de gente por sueldo que por cociente intelectual. No olvidemos que no tenemos mayor título que ser humano y que esto es lo único y necesario para ha… […]

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  2. Emi dice:

    Me encantó el escrito, opino igual, muy muy buen aporte, completo y bien argumentado!
    Felicitaciones desde Buenos Aires 😊

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  3. […] recuerdo que el respeto no se “gana”, el respeto se EXIGE. Es un […]

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  4. […] de una vez he hablado aquí del respeto, y es bastante probable que vaya por delante tuya y que tú necesites justificarlo mientras yo lo […]

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  5. […] de hecho, aquí pensamos (no como hacen algunos que dicen respetar “opiniones”) que El respeto ni se pide ni se gana, se EXIGE, precisamente porque entendemos que es un derecho humano […]

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  6. […] la plana (yo también estoy muy de acuerdo con su artículo), pero creo que, como explicaba en “El respeto no se gana ni se pide, se exige”, tenemos que dejar de pedir derechos, para exigirlos. En mi opinión, para este objetivo, la figura […]

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  7. libreoyente dice:

    De acuerdo totalmente. Mejor le iría al mundo si funcionase así. No descansemos hasta tratar de conseguirlo.

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  8. Noelia dice:

    Intentaron aleccionarme hace poco con eso de que el respeto no se pide, se gana. Ambas convicciones son erróneas, pensé. El respeto ni se pide ni se gana, simplemente se da. Está implícito en el trato a cualquier persona, y la educación es la única base que hace falta para entenderlo. Mil gracias de verdad.

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  9. Soledad Acuña dice:

    Muy buenas definiciones del término en cuestión!. Y muy buena refutación. Ahora tengo la siguiente situación: yo concurro a una clase de nivel secundario, literatura, en la que la docente de una dicha materia según mi percepción no tiene respeto alguno por mis aportes, en algún punto ni por la materia y profesión a la que ella decidió dedicarse. Esto en algún punto lo considero falta de vocación. Me hace preguntas respecto al tema que mandó estudiar o estamos dando y me interrumpe a media frase porque agregué un dato totalmente relevante, y tengo la intención de compartir conocimientos,porque para mí de eso se trata, pero como salgo de su pequeño libro y su limitada capacidad e intelecto, ni siquiera considera mí comentario, es más permite que otras compañeras usen mi aporte para desvirtuar lo que estoy hablando, y se vuelve cómplice de esa burla! Quita temas de el programa de estudio porque no le gustan ciertas características, y decide no enseñarnosla, escribe con faltas ortográficas, y se corrige a si misma luego de googlear la palabra, y se burla de ello también. Le sugiero que me parece que está dándome un dato histórico erróneo, y le doy todas las razones del porque, ve que mis argumentos son racionales, y aún así decide ignorarme diciendo que sacó eso de un libro de facultad, y que ella lo da así, siendo que mi intención no es tener la razón, sino intentar aprender unos de otros. En definitiva yo siento que hasta ahora no ha hecho nada que me dé una razón lógica y racional para que yo la respete como docente, ni como persona, ya que he sido víctima de sus burlas cuando responde a mis cuestiones, y creo realmente que tiene cierto nivel de ignorancia e ineptitud, y yo nunca he intentado dejar entrever eso, sino todo lo contrario, he procurado no ponerla en evidencia creyendo que como yo tiene la finalidad de aprender siempre, y no sacar conclusiones por tener 6 u 8 años más que yo. En fin creo que cuando un ser tiene la responsabilidad de educar, debería de estar dispuesto y saber que siempre se puede aprender y crecer de quien sea más allá de su aspecto, edad, etc. Y que cuando alguien amablemente te hace ver tu ignorancia de modo constructivo y bien intencionado uno debería de sentirse bien porque aprende, y joderle no haber sabido tal o cual cosa, es lo que me ocurre a mi… Y más nada. Para seguir adelante, creciendo y adquiriendo conocimientos y experiencia. Creo que es una de las finalidades en esta vida, crecer aprender, y esto es un factor que nos hará convertirnos en mejores seres, ser más útiles y productivos. En definitiva apreciaría una opinión, esto que comento es con una genuina intención de saber si estoy muy equivocado, o quizás estoy prejuzgando. Lo cual no creo ya que fui una niña muy discriminada y sufrí mucha violencia en mi época escolar e infancia en mi entorno familiar y escolar. Desde ya gracias! Sole de Uruguay.

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  10. pablomarangoni dice:

    Reblogueó esto en Introducción a la Comunicacióny comentado:
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  11. filosofa cabreada dice:

    Acabo de ver esto y creo que cuando hablamos de derechos no opinamos. Si alguien no entiende qué es un derecho es su problema. Vivir en sociedad exige que respetemos los derechos de todas las personas y el respeto tiene que ver con la dignidad, esto es » el respeto que se merece una persona por el mero hecho de serlo» está en el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
    Pero además, como docente, no hay que imponer respeto ( como dices, hay que exigirlo… es un derecho) , porque en el entorno de la clase, los profesores somos la máxima autoridad (esto lo dice la ley… no me lo he inventado yo) , de manera que si el alumnado no respeta la autoridad del profesorado está faltando de manera muy grave al derecho a la educación y al respeto que se merece, por ser persona y por ser autoridad.
    Muchas gracias por esto

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