¡Profesores, culpables!

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Seguimos hablando en los medios de la evaluación de los profesores.

¿Es que no es importante evaluarlos?

Sí, por supuesto, pero…

Empecemos con las falacias.

Primera falacia.

Consiste en poner el asunto del desempeño de los profesores en primer plano.

Si tu pareja te dice que

  1. Has cogido un poco de peso
  2. Le oprime la rutina
  3. Ya casi no salís a divertiros
  4. Se está zumbando al jardinero/a

Supongo que será evidente que las razones no están en orden de importancia, ¿verdad? Si después de decir esto te sugiere que te apuntes a un gimnasio para buscar soluciones al punto 1, podría ser que pensaras que te están llamando imbécil en tu cara.

Pues eso me parece a mí cuando se pone en primer plano la evaluación del profesorado. Nadie dice que no sea algo importante, pero ponerlo en primer plano no es casual ni inocente. Es, efectivamente, un insulto para todos.

Segunda falacia.

Si la educación va mal y hablamos de evaluar a los profesores, el mensaje es claro. Los profesores no están haciendo su trabajo adecuadamente.

Probablemente, si no conocéis de primera mano el entorno educativo, no sepáis lo paradójica que es esta idea, pero para esto estamos aquí, para contaros lo que sabemos.

El sistema educativo está mal diseñado por una razón muy sencilla: depende del voluntarismo de sus trabajadores para su funcionamiento normal. No es el único caso en el entorno laboral, de ahí nacieron las huelgas de celo, aquellas en los que los trabajadores se limitan a hacer su «obligaciones oficiales» y el sistema se paraliza.

El ejemplo más sencillo de esto son las actividades extraescolares. En la mayoría de los casos ni se pagan ni se hacen a costa de horas de la jornada laboral. En los pocos casos que hay alguna dieta, es una cantidad irrisoria, con la que no se pagaría a un profesional que te sustituyese.

Si entendemos que las actividades extraescolares son una parte necesaria en la formación de los estudiantes, ¿por qué deben ser «pagadas» por lo profesores a costa de su tiempo, energía y, en ocasiones, con gasto de dinero por su parte?

De hecho, propongo una huelga de celo como una estupenda manera de hacer una huelga sostenible, sin un coste insuperable para los trabajadores y que además visibiliza las condiciones en las que trabajamos, frente a las ideas que corren por ahí.

Otro ejemplo son las horas de nuestra jornada destinadas a la preparación de clases y corrección de actividades, completamente insuficientes para hacerlo. Por eso las toneladas de exámenes para corregir los fines de semana, el porrón de horas buscando material, elaborando apuntes. También sería interesante una huelga de celo en este asunto.

Y ahora hablemos de evaluación. Ya escribimos sobre esto hace un tiempo, podéis leerlo aquí, pero vayamos punto por punto con algunas objeciones.

Si la nota de mis alumnos va a ser un indicador de mi desempeño entonces creo que habrá que exigir unas cosillas.

  • Requisitos de ingreso

¿Cómo puedo responsabilizarme de los resultados de mis alumnos si no cumplen unos requisitos previos? De esta forma, la evaluación inicial debería dejar fuera de la estadística a los alumnos que no demostraran tener ciertos conocimientos.

  • Cumplimiento de actividades

Si yo mando unos ejercicios que no se hacen, unas prácticas en las que no se atiende… creo que de nuevo, dejaré a estos alumnos fuera de la estadística. No cumplen mi programa, no me hago responsable.

  • Evaluación diferencial

La nota final no sería tampoco un indicador razonable, habría que relacionar ese primer nivel de conocimientos con el que alcancen al final, lo que no haya ocurrido bajo mi tutela no puede ser mi responsabilidad.

  • Comportamiento exquisito

Se acabaron las contemplaciones con cualquier comportamiento mínimamente disruptivo. Si alguien no sólo no está siguiendo mis instrucciones, sino que impide que la clase se desarrolle de manera adecuada, será expulsado fuera del aula y dejado fuera de las estadísticas.

  • Inspectores de mi materia

Quien quiera que vaya a emitir cualquier juicio sobre cómo imparto mi materia deberá tener la formación suficiente para saber de qué cojones estoy hablando. Y debería ser un profesor excelso, no alguien que haya huido de las aulas… y no lo digo por nadie.

PUES CLARO QUE NO

Así no es este trabajo, aquí estamos en escasez de recursos materiales y sobre todo en escasez de recursos personales, tanto por número como por formación. (Necesitamos trabajadores sociales en los centros, ya.)

Aquí no nos ponemos guays, HACEMOS LO QUE PODEMOS, los trabajadores que somos, con los chavales que tenemos. No los descartamos, ni los tiramos a la basura, ni nos rendimos con ellos. Ahora, no me jodas que vas analizar lo buen profesor que soy por las notas del pobre chaval que está hecho una puta mierda porque la situación en su casa es desesperada. No me jodas.

Finalmente.

Si piensas que efectivamente hay que juzgarme por los resultados de los chavales y que si no son mejores es porque yo no los motivo, te animo a que hagas lo mismo con los inspectores de turno. No es que sea un mal profesor, es que mi inspector no sabe motivarme. Evalúa negativamente a mi inspector y sanciónalo.

Y, re-finalmente

Si queréis una mejora para la educación que pueda implantarse mañana y que redunde en beneficios mañana mismo se llama REDUCCIÓN DE RATIO. 

41 Responses to ¡Profesores, culpables!

  1. ceciliak622 dice:

    Noto cierto tono de enfado, y no es para menos. Suscribo tus palabras y estoy de acuerdo: las cosas por orden. ¡Gracias por escribir!

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    • javierfpanadero dice:

      Gracias y,sí,se enfada uno con tanta ignorancia y maldad.

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      • maisathode dice:

        ¿Pero para qué se van esforzar los alumnos si pasan de curso con asignaturas suspensas y además sus padres les compran todo lo que quieren?

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      • javierfpanadero dice:

        Por qué debe estudiar un alumno es una pregunta q deberíamos saber contestar si queremos ayudarles a q la contesten ellos. Saludos

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      • maisathode dice:

        Estoy convencida de que los chicos tienen una curiosidad innata: quieren saber. El problema es cuando los contenidos oficiales son demasiado extensos, cuando hay tantos alumnos por clase que no se les puede atender individualmente,cuando pasan de esforzarse porque lo tienen todo, cuando se dejan arrastrar por los disruptivos…

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    • jmtt vbgp dice:

      Reducción de ratio, reducción de contenidos absurdos, reducció n de deberes repetitivos, reducción de exámenes… Por lo que he podido observar, en el sistema español se llama evaluación contínua a hacer exámenes de manera continuada. Es como cuando empezó el turismo rural, que los políticos entendieron que significaba llenar las zonas rurales de complejos hoteleros…

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  2. Excelente artículo Javier.

    Te tomo varias ideas para la memoria fin de curso 😉

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  3. Conchi dice:

    Se ve que con hacernos pasar por una oposición anual donde nos dejamos la vida y algunos aprobamos año tras año no es suficiente. La clara prueba de lo absurdo que es evaluar a un profesor por los resultados de sus alumnos es que yo siendo igual y dando clase no voy a decir igual, porque aquí no hay dos dias iguales, pero sí con la misma metodología, tengo grupos donde aprueba un 23%, por ejemplo este año en un IES bilingüe dando a los no bilingües y otras veces he aprobado al 85%…Estas situaciones incluso se dan un mismo año en un mismo centro en un mismo nivel…¿soy mala, soy buena? ¿Soy mala de 10 a 11 y buena de 12 a 1??seguramente si no tuviera que estar durante tres años seguidos preparando oposiciones sacando tiempo de donde no hay o no hubiera tenido que presentarme ya 5 veces, podría dedicar aún más tiempo a solventar diferencias. Seguramente si en lugar de tener a todos los alumnos académicamente competentes y con apoyo familiar en los grupos bilingües y 27 alumnos de los que 8 son de compensatoria, 5 repetidores, 3 Acnees un par de absentistas y una acaba de salir del aula de enlace, a la mitad de cuyos padres no contacto ni llamando 30 veces, tuviera 20 con un poco de todo, o incluso 27 con un poco de todo…Pero no, la culpa es mía. Y total, tengo muchas vacaciones, no remuneradas y en el paro, pero vacaciones…yo cuando me preguntan ¿cuándo os dan las vacaciones? Siempre digo eso ¿Las no remuneradas te refieres? Muy buena reflexión…

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  4. antolomagico dice:

    ¡Apoyo tus palabras! (Un profesor de matemáticas).

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  5. Me quito el sombrero. Yo no lo hubiese dicho mejor. Pensar que la nota y conocimientos de un alumno depende del profesor y no de su capacidad, situación «motivacional» en el hogar (¿por qué son las clases bajas las que más suspenden? ¿Casualidad?) y de un sistema mal diseñado que los margina desde el principio, es intentar curar una hemorragia con una tirita.

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  6. Manuel dice:

    Gracias, Javier! Te leo en vísperas de la prueba externa de 6° de Primaria, a la que se someten mañana nuestros alumnos (y nosotros, que ya hemos sido valorados por alumnos y padres mediante sendos cuestionarios previos a la misma). Qué se puede decir, creo que todo lo has explicado muy bien tú. Tan solo, animar desde aquí a los que seáis jóvenes a que ampliéis horizontes profesionales y a que huyáis hacia otros trabajos antes de que nos falte campo para correr. Un abrazo!

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  7. mcastigarcia dice:

    Muy de acuerdo con lo que dices, sobre todo con esa reducción de ratio. A los alumnos, (a todos nos gusta) les gusta que los atiendan, y en mis grupos hay tanta variedad de «Singularidades» que hay días que ni llego a repartir el «refuerzo en el aula» que pude haber preparado. Cuando dicen que el inspector puede entrar en tu aula, digo: que entre y con solo situarse de frente a ella creo podrá entender lo que digo. (a lo mejor soy una ilusa)
    Antes trabajaba en un pequeño instituto de pueblo, allí los niños y yo, unos 20 por clase, trabajábamos sobre un tema, podía atender a los distintos ritmos, establecer diálogo. Pero en este con 28-30 y con muchos casos y graves casos particulares,(sin ser su culpa claro) «pierdo las riendas». Si los llevo al laboratorio es imposible que atiendan más allá de la segunda instrucción, si pongo algo en una pantalla, no atienden más de un minuto, si propongo una actividad «indagativa», tan de moda, alguno mira esperando mi respuesta y los que más piensan: esto no está en el libro, esto no hay ni que atenderlo, si vamos a un museo, charla, u otra actividad fuera, salgo casi siempre avergonzada. Lo que mejor funciona es página ….. y subrayar, o que les ponga una retahíla de pequeñas preguntas (contestadas por mí, claro) y que ellos chapan. Y casi parecen agradecer el régimen militar.
    Me siento fatal! Tengo que replantearme todo, pero por dónde empezar?
    En fin, que no te contesto, más bien pregunto: Cómo atender y enseñar a 30 niños, metidos en unos apretados pupitres y con muy pocas ganas, debido a diversos factores por el estudio, por aprender?

    PD. A veces, y no hablo de los «listos», hay alguno que me entregó algo que escribió, que dibujó, que buscó, que trabajó de lo que enseñé el día anterior y eso es lo que me permite empezar cada día la clase.

    Un abrazo y gracias por exponer tan bien el problema (que yo me pierdo un poco 🙂

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  8. No puedo estar más de acuerdo con usted.
    Permítame enmarcar esta situación en un contexto de enemistad manifiesta al funcionario, y más si cabe hacia aquellos que dan un servicio que es muy jugoso para la empresa privada.
    En ese sentido se ha tratado de politizar la Administración desde arriba hasta abajo, como un cáncer que invadiera un organismo, para controlar, y transformar. En Educación ha resultado bastante rentable el intento, tanto si fracasa como si tiene éxito, gana la ideología dominante: si «el organismo» muere o degenera, negocio para la privada y concertada, si lo transforman y logran dominarlo obtienen el control necesario para meter en la cabeza de los ciudadanos lo que más convenga (ninguneando al profesorado y transformándolo en…

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    • javierfpanadero dice:

      Ya lo dijeron explícitamente a los «inversores», ya no es el ladrillo, hay que buscar otros sitios, la sanidad, la educación… Se me pusieron los pelos como escarpias al oírlo en la tele. Saludos y gracias por comentar.

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  9. […] Seguimos hablando en los medios de la evaluación de los profesores. ¿Es que no es importante evaluarlos? Sí, por supuesto, pero… Empecemos con las falacias. Primera falacia. Consiste en poner el asunto del desempeño de los profesores en primer plano. Si tu pareja te dice que Has cogido un poco de peso Le oprime la…  […]

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  10. No todos pensamos lo mismo dice:

    Falacias….
    Y yo me pregunto:

    1.- Si el problema es la dedicación… ¿Por qué los profesores que trabajan en la educación pública y concertada dedican de su jornada semanal más horas que Uds. en la pública y obtienen mejores resultados?

    2.- Si el problema es la ratio… ¿Porqué las personas de mi generación asistían a clase con una media de 40-45 alumnos por clase y los resultados eran mejores?

    3.- Si el problema es que si la educación va mal los profesores hacen mal su trabajo…. Ud. sabe que eso es un sofisma, en la educación influyen factores diferentes a la adecuación del desempeño docente.

    4.- Si el problema s que no tienen Uds. recursos…. ¿Cómo puede ser que España sea el país que más invierte en educación pública por alumno de la UE?¿No será que se usa en pagar funcionario y no profesionalidad?

    Si Ud. no tiene inconveniente le diré mi opinión, aún sabiendo que no será, ni de su agrado ni del de la mayoría de sus seguidores (y que conste que su trabajo de divulgador me encanta, son sus opiniones sobre la educación las que no comparto).

    Trabajo diariamente con miles de profesores y decenas de colegios y el problema (según mi criterio) es el siguiente. Ud. puede pensar que son nuevas falacias, sólo es mi opinión.

    1.- Voluntarismo, el problema del voluntarismo es que Uds. los profesores están acostumbrados a hacer lo que les de la real gana, sin controles ni evaluaciones. Todo lo que suponga que van a verificar que hacen su trabajo con eficiencia le suena a empresa y eso les produce urticaria. No quieren rendir cuentas a nadie y menos a las familias que les entregan a sus hijos.

    SOLUCIÓN: Aplicar la ley, los contenidos y currículos mínimos marcados por la legislación y no hace lo que Uds. piensen que es o mejor.

    2.- Politización, un sector que ha tenido 5 leyes orgánicas reguladoras en 25 años no puede centrarse en hacer las cosas bien.
    Además Uds. usan la educación no para EDUCAR sino para HACER PROSELITISMO, la batalla de las lenguas oficiales, las asignaturas como religión, ciudadanía, valores….
    Uds. se creen con el derecho de decidir por las familias cómo deben pensar sus hijos y eso es peligroso, muy peligroso.

    SOLUCIÓN: Un pacto por la educación, una ley consensuada y recuperar las competencias por el estado central. Ah! y dejar que sean las familias las que decidan e futuro de sus hijos.

    3.- Trabajo. Uds. no considera que lo que hacen es un trabajo. Lo denominan «Labor Social». En cualquier sector laboral un trabajador medio realiza más de 35 horas semanales (la ley indica 37 la jornada laboral media) y si no termina su trabajo puede realizar horas extras (que en muchas ocasiones no cobra) ¿Y qué decir de los autónomos, no tienen horario! Uds. trabajan entre 18 y 22 horas lectivas, y el resto hasta 35 (una media 15 horas semanales, las mates, como UD. dice, no engañan) son para preparar su trabajo y tareas complementarias. Esas horas las cobran y pueden hacer su trabajo en casita. los profeso de concertada tienen 25 horas lectivas y los de privada hasta 28-30 y hacen o mismo que Uds.
    Para colmo si preguntan a cualquier ciudadano cuáles son os mejores colegios….

    SOLUCIÓN: Control real del trabajo, su sueldo lo pagamos nosotros.

    4.- Cualificación. Uds. lo saben todo ¡Son profes! Por eso ni gastan las horas de formación interna asignadas salvo que quieran mejorar la plaza… ¡Han aprobado una oposición!
    En cualquier empresa se recibe CONTINUAMENTE formación para mejorar el trabajo del personal, aunque no sea para ascender.

    SOLUCIÓN: Formación interna obligatoria y no de libre elección sino derivada de los resultados de la evaluación del desempeño que, efectivamente, no debe depender de la nota final de alumno sino de cómo realizan Uds. su trabajo.
    Esto se realiza en la mayoría de las empresas del mundo…. ¡se me olvidaba Uds. no trabajan en empresas, son FUNCIONARIOS!

    Le porongo una idea que mejoraría la educación.

    ¿Estaría Ud. dispuesto a aceptar que se pusiera en marcha el «Cheque Escolar» de manera que fuera la familia la que decidiera dónde quiere gastarlo? Asó los centros de todo tipo tendrían alumnos en función DE SU CALIDAD.

    Supongo que no, mira que es mercantilismo, fascismo u otra des estas cosas acabadas en mismo que usan continuamente en sus manifestaciones….

    Definitivamente la educación no tiene arreglo, pero porque no se quiere perder privilegios (Uds. tampoco).

    No obstante, como le decía, me encanta su trabajo, gracias por él.

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    • javierfpanadero dice:

      Buenas, profundísimamente en desacuerdo, daré sólo unas pinceladas, mi opinión quedó bastante explicada antes y la suya puede verse aquí.

      Empiezo.

      1. Los profesores que trabajan en concertada y privada lo hacen en peores condiciones laborales, lo sé porque yo lo he hecho también. Que ellos estén peor no quiere decir que nosotros estemos bien. De hecho están peor en la mina, peor en el paro y peor en el cementerio.
      Los mejores resultados son achacables a otras variables, por ejemplo, es bien conocida la correlación entre el nivel socioeconómico de las familias y los resultados académicos.

      2. Yo soy del 72 así que también estuve en esas aulas. La atención no era mejor que ahora. Las personas eran otras, el contexto otro. Y las comparaciones entre Bachiller, BUP y ESO son falaces, ahí había selección de alumnos, no era enseñanza obligatoria.

      3. Por supuesto, de eso va el artículo, de que se ponga en primer plano a los profesores.

      4. Nuestro problema efectivamente son los recursos, no tanto los materiales, como los humanos.

      1. Nos piden cuentas y explicaciones, desde nuestros jefes, hasta los padres, pasando por los alumnos. Y muchos compañeros se ponen la venda antes de la herida y tragan unos cuantos sapos en lugar de hacer lo que creen conveniente. Estamos sujetos a un currículum que no es de nuestro agrado y en muchas ocasiones contrario a lo pedagógicamente saludable. Pero usted titulaba esto «voluntarismo», le vuelvo a decir que hay muchas horas, empezando por las extraescolares (como caso más claro) que se hacen sin obligación alguna y que representan bastante coste en tiempo, esfuerzo y a veces, dinero. Yo proponía su misma solución. Huelga de celo. Veríamos entonces quién tiene la razón.

      2. La educación está politizada, pero no por los profesores, por los políticos. Respecto a la manida cuestión de educar vs. enseñar, a mí la ley que usted invocaba me obliga a educar en valores como la paz, el no sexismo, etc., con esto podría ser suficiente, pero además tengo la obligación moral. En todo caso, quizá lo más sencillo sea eso, poner un estándar de educación en los alumnos que deban suplir los padres. Yo, simplemente, expulsaré de mi aula a aquel que no lo cumpla. ¿Es eso viable? Por otra parte, ¿Qué pasa con los hijos cuyos padres son, ejem, bueno, como algunas personas son, ¿no tiene la educación pública la función de cuidar de esos ciudadanos incluso a pesar de sus padres? ¿No es eso lo que está detrás de la escolarización obligatoria, de la edad mínima para trabajar, etc?

      3. Yo llamo a la profesionalización de mi profesión. Efectivamente a veces nos comportamos como una ONG y por eso somos demasiado voluntariosos. Sobre esto habría que decir varias cosas, hay unas horas que tenemos reuniones, guardias, atención a padres, y que son nueve. Así que ese quince no vale… (las mates no fallan, estamos de acuerdo). Los que están en la privada trabajan en peores condiciones, como le decía. Cuando yo lo hacía tenía 25 lectivas (los maestros 30), entre unas cosas y otras estaba cuarenta de permanencia y después a corregir y a preparar clases para treinta y tantos chavales. Pero ya dijimos que estar mejor no significa estar bien. En todo caso, de nuevo, huelga de celo. Usemos esas horas de corregir y preparar y ni una más, pónganme una cámara para controlar que las estoy trabajando y, a ver si son suficientes.

      4. Cualificación. Tengo mi título, tengo mis oposiciones aprobadas, para los que les gusten los títulos. A partir de ahí, que nos formemos? Estupendo. Qué tal en mi horario de trabajo, como muchos trabajadores? No tengo ningún problema en formarme, no en cursos inútiles (como a veces nos ofrecen) en formarme de verdad, en tener horas para preparar proyectos e investigar cómo podríamos hacer las cosas mejor, pero en mi horario de trabajo, porque eso es trabajo. Pero, querido lector, aquí nos quieren para darle a la manivela, una clase tras otra y listo. La preocupación por la calidad que tiene usted, no crea que es compartida por la administración (lamentablemente).

      Finalmente, no, no estoy de acuerdo con el cheque escolar. Y sí, si estoy de acuerdo con un interés sincero y una evaluación y mejora de la educación. Pero sincero, no quien busca excusas para etiquetar y poder recortar recursos.

      ¿Por qué no estoy de acuerdo con el cheque escolar y la «competencia de centros»? Porque todos los alumnos tienen derecho a la educación y a que su tratamiento sea excelente, no sólo los que consiguen entrar en el «excelente», en el «bueno», el del barrio x. La mejor evaluación no es la que busca etiquetar, sino la que busca detectar problemas y solucionarlos, de forma que se pueda proveer del derecho a todos. Eso es excelencia, para todos.

      Disculpas porque las pinceladas se me fueron por tamaño a brochazos.

      Saludos de nuevo y gracias por pasarse por mi blog.

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    • nisamarymati dice:

      No todos pensamos lo mismo:
      Considero que pedir que hayan más maestros para que se puedan atender todas y cada una de las necesidades que se plantean en el día a día de la labor educativa no es ninguna falacia. Por si no lo sabe «bajar la ratio» significa «contratar más maestros»…. es que igual no lo sabe…

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  11. xavi ribas dice:

    Todos los profesores hacen lo máximo q pueden?
    Una evaluación no crimaniliza a los profesores. Permite recompensar a los q trabajan mejor.
    Yo estaría a favor de evaluar a todos los funcionarios, sean administrativos, inspectores o barrenderos.
    Otro tema sería los parámetros q se tendrían q tener en cuenta a la hora de evaluar. Seguro q los profesores podrían dar ideas para q la evaluación fuera lógica y útil.
    Si queremos mejorar la educación tampoco estaría de más un poco de autocrítica.
    Y evidentemente se podría empezar por disminuir la ratio.

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  12. […] Seguimos hablando en los medios de la evaluación de los profesores. ¿Es que no es importante evaluarlos? Sí, por supuesto, pero… Empecemos con las falacias. Primera falacia. Consiste en poner el asunto del desempeño de los profesores en primer plano.  […]

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  13. Margarita dice:

    Tienes razón pero cuando los profesores en Iberoamérica oyen nuestras quejas por las ratio se ríen. Ellos tienen 50 alumnos.
    El que hace todo lo que puede no está obligado a hacer más.
    No podemos acabar enfermos. Cuidate y cuida a los tuyos. Así mejorará nuestro sistema educativo. Estamos en plena revolución. Un saludo.

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  14. […] Nota: Sé que hay gente bienintencionada que saca ese tema secundario, que es importante, pero no primordial y desde luego no para hablarlo mientras nos destrozan. Para más detalle: Profesores culpables […]

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  15. Ana Hobbs dice:

    Unas cuanto verdades!! Y unas cuantas injusticias k afectan a todo@s profesorado, alumnus y familiars!

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  16. María dice:

    Deberían empezar por evaluar a los políticos que lo proponen.

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  17. Jfraile82 dice:

    Bravo! 2019 y todo igual!

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  18. JuanL Roje dice:

    Todos hemos tenido buenos y malos profesores y también existen buenos y malos alumnos pero, realmente, ¿qué se pretende con la evaluación en la enseñanza?
    Además de las innumerables ocasiones que he sido evaluado como alumno o como aspirante a un puesto de trabajo, funcionario o doctorando, como profesor he evaluado y he sido evaluado por mis alumnos de la universidad.
    La evaluación tiene mucho rechazo social porque nos enfrenta a la cruda realidad: Lo que creemos que sabemos y lo que realmente sabemos, con el agravante de una calificación que, sin ambigüedad, lo certifica. Algo así como: Eres listo o eres torpe.
    Combatir el sistema de evaluación es muy fácil especialmente para los que tienen una cruda experiencia y en eso yo también he sido experto. Los argumentos son muchos y muy variados. Desde quienes consideran que el propio examen puede contener errores de interpretación, a los que señalan la imposibilidad de comprender las múltiples variables que concurren en el alumno y que es imposible detectar y mucho menos juzgar. No quiero analizar y desglosar todo el “argumentario” existente.
    Se impone la promoción de curso automática, obviando los resultados negativos de la evaluación de curso o se suprimen las reválidas e, incluso, se extiende esta propuesta para las pruebas de selectividad EvAU.
    Pero, seamos sinceros, por debajo de todo este movimiento que lógicamente promueven los alumnos, que son los directamente afectados, están muchos profesores porque son ellos los que, indirectamente están también implicados en la evaluación de sus alumnos.
    Sin embargo, las evaluaciones tienen muchos aspectos positivos para todos ellos. Voy a citar algunos.
    Si alguien fracasa en una evaluación debe esforzarse más en superarla. La resistencia a la frustración y el fracaso es algo muy positivo que nos ayudará, a lo largo de nuestra vida, a superar las dificultades que, sin duda, tendremos. Alguien decía que para triunfar en necesario fracasar rápidamente muchas veces.
    La evaluación negativa también sirve como antídoto del hedonismo narcisista que hoy tanto aqueja a nuestra sociedad tan proclive a satisfacer nuestras exigencias y propagar nuestras excelencias.
    La evaluación hace que no sigamos caminando en las arenas movedizas de nuestros supuestos conocimientos y los aparentes “triunfos” de hoy no se conviertan en irreversibles fracasos mañana.
    La evaluación permitirá al profesor comprobar si sus alumnos, en general, alcanzan los objetivos que les permitan dar continuidad en otros estudios superiores y, en función de los resultados, modificar sus métodos. Es el profesor quien decide hacer una evaluación objetiva de forma continua o concentrada mediante exámenes, según convenga en su asignatura sin que estos métodos sean excluyentes.
    Las Juntas de Evaluación deberían actuar para adaptar la edad del alumno al nivel de enseñanza correspondiente, con tolerancia para algunos fracasos que episódicamente concurren en el desarrollo de los alumnos. La corrección adelantando o retrasando un curso, como último recurso (porque también en algunos casos puede ser necesario el adelanto), no debería constituir ningún problema y si un gran beneficio, siendo las clases de refuerzo y la recuperación las opciones preferentes.
    Para un profesor o un Centro, una evaluación externa o una reválida (ahora sólo tenemos el informe PISA), puede significar la oportunidad de ratificar o modificar sus métodos. No sólo para igualarse a los estándares sino también para optimizar y/o comprobar la evolución en el tiempo de sus alumnos.
    Para muchos la evaluación es y será un motivo de satisfacción y reconocimiento de la labor desarrollada, muchas veces diluida en las estadísticas educativas.

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