Los profesores son un mal ejemplo

Sí, esos que echan la vida en el cole y su tiempo libre corrigiendo… precisamente esos, son un mal ejemplo, un terrible ejemplo de lo que debe ser un profesional.

Un profesional es alguien con quien se contratan unas prestaciones, que ofrece algunas habilidades y conocimientos en unas condiciones de tiempo y disponibilidad concretas.

Profesor, que quizá te has enfadado leyendo el título, ¿te reconoces en estas prácticas, nada profesionales?

1. Dedico más horas de las estipuladas al trabajo

Ya sé que es porque si no lo haces no puedes cumplir con lo que te piden, pero, ¿no ves entonces que tu pacto laboral es un engaño?

Te dejo como ejercicio que sumes las horas de trabajo, a un querido compañero le salían cincuenta y pico. Eso es adicción al trabajo… o explotación.

2. En mi trabajo utilizo recursos materiales propios y en ocasiones dinero personal

Y sé que no lo haces porque seas idiota, lo haces porque así solucionas situaciones. Preguntémonos entonces: ¿cómo está diseñado el sistema que necesita de eso para funcionar?

3. Ofrezco conocimientos o habilidades no contratadas, incluso me lo piden… o me lo exigen. Por supuesto sin contrapartida en tiempo, dinero, condiciones…

Sí, si tu sabes x (inglés, otra materia, algo extraescolar… hacer paellas) pero no es tu función. Ellos te contestan: «Ya, pero es que hace falta» Y, como hace falta… pues… ¿te toca a ti? ¿Es eso un sistema profesional? No somos una panda de colegas en un club pintando el que sabe, arreglando una silla otro… ¿O sí?

4. ¿Quieres que siga?

Creo que no hace falta, se ve la estructura del engaño clara:

a) Un sistema mal diseñado que necesita de estos comportamientos para que no colapse

b) La eterna confusión entre que algo deba hacerse  y que tenga que hacerlo yo.

c) El omnipresente chantaje emocional, «es por los chavales», con el que cualquier abuso laboral se justifica.

d) El complejo de padres superprotectores que no dejarán que los chavales sufran ninguna consecuencia… ya la asumimos nosotros.

Bueno, si has llegado hasta aquí y te reconoces conmigo como uno de esos, digámoslo ya, pringao, igual te apetece que nos hagamos algunas preguntas:

1. ¿Qué consideración estás teniéndote a ti mismo, como persona y trabajador?

2. ¿Qué consideración estás teniendo sobre tus seres queridos que sufren las consecuencias?

3. ¿Qué presión haces sobre un sistema (para poder cambiarlo) que confía en que le saques las castañas del fuego echándotelas tú a la chepa y al que le das la razón haciéndolo?

4. ¿Crees que con tu comportamiento eres acreedor de ese respeto que no recibes del sistema educativo y de la sociedad? ¿No crees que la única dignidad que se concede es la que uno reclama para sí?

4. Compañero que me escuchas, buen profesor y mejor persona, ejemplo para tus alumnos… ¿son todas estas cosas las que les estás enseñando para que lleven una vida equilibrada, sana y feliz? ¿No crees que eres, al fin y al cabo… un mal ejemplo?

Como reflexión final, y repito que soy uno de ellos, te diré que estos comportamientos nuestros reflejan una mala manera de tratarnos a nosotros mismos y constituyen un mal ejemplo para esos chavales que queremos. Y esto me duele, no sé si aún lo suficiente para cambiar, pero me duele.

77 Responses to Los profesores son un mal ejemplo

  1. Yvonne dice:

    Hola Javier,
    brillante reflexión, es para reflexionar…. profesores y profesionales de otros sectores!!
    Un abrazo

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  2. Alberto dice:

    Vaya, me reconozco, y a la mayoría de mis compañeros, como mal ejemplo. Es más, 20:33, viernes 17, y sigo dando mal ejemplo. Incorregible. Saludos, Javier.

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    • javierfpanadero dice:

      Yo soy igual de pringao… era una reflexión en alta voz… pero creo que por el bien de todos (nosotros, chavales, sistema) debemos ir quitándonos. Saludos y gracias!

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  3. silvia dice:

    Buena reflexión.

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  4. Rosa dice:

    Uff, pues… da que pensar… sábado, 0:35 h y aquí estoy…

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  5. emepel dice:

    Esto es igualmente aplicable a muchos otros profesionales que trabajan en otros ambitos de la publica y sobre todo de la privada. Tampoco se puede decir que esto sea aplicable a todos los docentes ni mucho menos…

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  6. En Francia aunque el sistema no sea idéntico al vuestro los profes sentimos exactamente lo mismo. Y cuanto mas hacemos nosotros, mas nos piden y no por eso trabajan mejor nuestros alumnos. Por eso muchos terminan por deprimir.
    A trabajar menos pues!

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  7. Totalmente de acuerdo…con lo que comentas…pero lo realmente grave no es eso, sino dos cosas.

    Que hay compañeros que no lo hacen y luego son los que más se quejan

    Que hay que los hacen ( hacemos ) pero la sociedad tiene interiorizado que no damos ni golpe

    Horario anual de un trabajador de 8 horas : 1740 horas

    Horas lectivas de un profesor : 710 horas

    Horas reales de trabajo por hora lectiva : 2.5 h ?

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  8. alejandra dice:

    yo pensé que eso pasaba en Chile, pero no, el agobio laboral es transversal

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  9. José De Benito dice:

    Un profesional es aquel que hace una cosa que sabe y le pagan por hacerla

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  10. daniela vicencio dice:

    Que horrible ver que no sólo en mi país somos esclavizados de esta manera! (desde Chile, revisando pruebas)

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  11. […] Sí, esos que echan la vida en el cole y su tiempo libre corrigiendo… precisamente esos, son un mal ejemplo, un terrible ejemplo de lo que debe ser un profesional. Un profesional es alguien con qu…  […]

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    • Josep, Carles Miquel dice:

      En todo caso son un buen ejemplo de responsabilidad, si toda la sociedad siguiera su ejemplo iriamos mucho mejor. Esto pasa en muchas empresas junto con algunos empleados que cada día hacen menos.

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      • javierfpanadero dice:

        Dejar que se abuse laboralmente de uno no es ser un trabajador responsable. De hecho la sociedad sigue ese ejemplo y por eso en lugar de reclamar nuestros derechos dejamos que una minoría privilegiada abuse de nosotros.

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  12. pauferri dice:

    Hola,
    Yo soy autónomo llevo 14 años con mi empresa, somos 22 personas y soy padre de 2 hijos y marido e hijo de profesoras. En los dos casos les pasa lo que comentas, pero nunca lo hemos visto como «tratarse mal»

    Yo creo que un profesional convencido es un apasionado de lo que hace, y lo disfruta, no se trata mal a si mismo, hace lo que quiere para que su «obra» sea como el la imagina…

    Piensa en un escultor midiendo horas de trabajo… o en Van Gogh pensando que hace muchas horas…

    SI LO HACES ES PORQUE TE COMPENSA, NO SOLO NO ES UNA PENA, ES UNA BENDICIÓN PARA TUS ALUMNOS, pues solo siendo útiles a los demás encontramos el sentido en la vida.

    Un abrazo y a por todas!

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    • javierfpanadero dice:

      ¿Es la vida el trabajo, no hay más facetas? ¿Es la obra que uno deja el sentido de su vida? Van Gogh estaba como una «regadera», permíteme el término, así que no es lo que quiero para mí ni para mis hijos o mis alumnos.

      Que te «compense» no es una buena manera de medir las cosas, porque si precisamente dedicarse con EXCESO al trabajo, de una manera injusta, siendo abusado como trabajador y permitirlo es gracias a que no estás pensando con claridad. Si me permites el ejemplo extremo, la mujer abusada que no deja al marido porque «le compensa». Por lo tanto acudir a tu criterio para ver si te compensa es acudir a alguien que no está pensando con claridad sobre ese tema en concreto. En todo caso, cada uno es libre para ser libre o encadenarse a lo que quiera.

      Saludos

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      • Judit dice:

        Soy pintora, doctora en Bellas Artes y profesora de plástica.
        Me hago una idea de lo que sentía Van Gogh o cualquier artista cuando está absorto en su trabajo creativo… pues como consecuencia de lo que soy también me pasa a mí (aunque de momento no se me han cruzado los cables… de momento).
        Y, compensa? No lo haces porque compensa, lo haces porque en ese momento estás absorto en ese proyecto determinado y no hay quien te saque de ahí (como cuando estás preparando clases o corrigiendo…). Y cuando terminas en el primer momento piensas: «Sí!, he terminado, lo he conseguido, he creado algo bueno (o no…)», pero después reflexionas sobre el proceso y ves todo lo que has dejado en el camino y sientes dolor. Las personas (familias y seres queridos) que has dejado de lado para conseguirlo, que han sufrido por ti y contigo, las discusiones que has tenido por no prestar la debida atención… las consecuencias de esa falta de atención ¿Compensa?… Recordar que muchos artistas, científicos… por la obsesión con su trabajo acaban con problemas mentales, familiares, sociales y económicos… (le compensará a la sociedad pero a ellos y su familia…)
        Como profesora, sigo en la linea… no cuento las horas que hago en casa para no cabrearme… aún encima parece que nunca sean suficientes. Aun encima, comprar y cargar con los materiales del departamento de plástica (no tengo coche y trabajo a 1h y media de transporte público del instituto), aun ayer, compré materiales en una tienda que no me podían hacer factura… Después de pasar por 3 tiendas donde no tenían lo que buscaba decidí pagarlo de mi bolsillo. Era pagar 8 euros o perder a saber cuanto tiempo buscando una tienda que tuviera el material y me hicieran factura… en este caso valoré mi tiempo.
        Aún así llegas al centro y siempre alguien te pregunta, ¿y ya hiciste tal cosa con los alumnos? Es que tendría que estar hecha.
        Y llega el momento que dices: «NO. NO HE TENIDO MÁS TIEMPO. O NO HE QUERIDO DEDICAR MÁS TIEMPO, PORQUE TAMBIÉN ME COMPENSA ESTAR CON MI FAMILIA»

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      • javierfpanadero dice:

        Y Amanece otro día sobre un sistema q depende del voluntarismo para lo básico. Un abrazo, compañera

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    • Abril dice:

      Mi comentario va un poco más para los detractores del post original… a ver si consigo darles una mirada que los acerque a ésta forma de pensar que tal vez inicia en preguntarnos como queremos vivir pero en última instancia si llega a convertirse en un tema laboral o sindical o como le quieran llamar. La cosa aquí es que alguien te paga para que trabajes 48 horas y uno termina haciendo 60 porque si sólo hicieras las 48, el resultado sería mediocre y quedaría incompleto lo que por algún motivo te convierte a ti en el «trabajador mediocre» (que no da el «extra») que nunca subirá de puesto y en el peor de los casos será despedido. Y los demás profesionales que hacen horas extra para que les pongan estrellita en la frente o porque se sienten realizados o como muchos casos ya sólo para poder cumplir lo esperado están primero haciendo trampa porque están partiendo de una desigualdad al no tomar en cuenta que no todos tienen o quieren dar ese tiempo extra. Y segundo están fomentando un sistema que sólo le hace bien al bolsillo de quien debería pagarlo. Entonces, eso que haces de trabajar gratis porque es tu hobby si te puede compensar mucho pero puede también estar jodiendo a otras personas. Espero que visto el daño que le causamos a nuestros compañeros de trabajo puede al menos darnos luz sobre el egoísmo de nuestra satisfacción al trabajar extra por hobby. Yo si hice trampa haciendo horas extras para conservar mi puesto porque si no la verdad aquí en México te despiden. Un sistema educativo o cualquiera no puede depender de si el profesional contratado se va a sentir realizado cada semana como para dar 12 horas extras gratis.

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  13. pilar dice:

    Es cierto q como profecional esto suena horrible, pero ser profesor es una de las profesiones más parecidas a ser padre, y pucha que es poco rentable ser padre. Creo que como profesional damos mal ejemplo, pero la entrega al otro es un ejemplo muy bueno y mucho más fuerte para nuestros alumnos.

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    • javierfpanadero dice:

      Precisamente ese es el tema del post. ¿Es la entrega por encima de lo justo y con perjuicio de otras facetas un buen ejemplo? En mi opinión no, independientemente de que lo haga con frecuencia.

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  14. Josep, Carles Miquel dice:

    Descalificas a todos los que no piensan como tu. Todas las opiniones son respetables y no hay porque citarlas de esclavizantes, da la sensación de que estás obsesionado.

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    • javierfpanadero dice:

      Yo no descalifico a las personas,opino sobre sus ideas y sus conductas y lo argumento.

      Y no, las opiniones no son respetables son discutibles,matizables,y de todo. Lo respetables son las personas. Yo puedo opinar q una idea es una tonteria y eso no implica insultar a quien la dice. Entender esto es de suma importancia.
      De hecho fíjate q tú discrepas de mi opinión h piensas q soy yo el esclavizado,lo q no es una ofensa hacia mí, sino critica hacia mi forma de pensar o comportarme,y eso no es ofenderme,como yo con mi punto de vista no insulto ni ofendo a nadie. Otra cosa es quien elija ofenderse cuando se ataca su opinión.

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  15. Josep, Carles Miquel dice:

    Yo no digo que estes esclavizado, eso lo dices tu en la respuesta a Pauferri que llegas a compararle con una mujer abusada. Yo he trabajado muchos años considerando que me pagaban por hacer un trabajo perfecto no por las horas empleadas, en este caso debería comparar mi sueldo con el de otras profesiones para decir si es poco o mucho. Yo me siento muy satisfecho con mi vida laboral que ha representado muchas horas, viajes de trabajo y evidentemente responsabilidad, todo lo cual no estaba incluido en mi contrato, pero era evidente que había que hacerlo.

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    • javierfpanadero dice:

      Sí, lo has insinuado en tu comentario, si quieres subrayando lo que te parecía que ya decía yo. En todo caso, expongo mi visión del asunto sin ofender a nadie y sólo por dejar claro ese aspecto he dejado este hilo de comentarios. Tampoco hay que confundir la libertad de vivir la vida como cada uno quiera con la libertad de opinar de los otros. Y también es posible, sólo posible, que con el tiempo la gente cambie de opinión, tú y yo incluidos. Nada más.

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  16. mcastigarcia dice:

    Reblogueó esto en mcastigarciay comentado:
    Aplicándome el cuento!

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  17. Jose R. Alonso dice:

    Buenos días, Javier
    Aunque valoro mucho tu trabajo como sabes no estoy de acuerdo con este post. Creo que el mejor ejemplo a los estudiantes es precisamente ése, de generosidad, de dedicación, de compromiso… Lo otro me parece, por decirlo de alguna manera, un tema sindical, de reclamación de unas mejores condiciones de trabajo pero «eso no no lo hago porque no lo pone en mi convenio» me parece, en el ámbito de la educación, y sin que sea patente de corso para abusos y mala organización, un mensaje con el que tendríamos que ser muy prudentes. Me ha tocado en la vida docente de hacer de todo, como a mi jefe, como a los que se formaron conmigo, y no me arrepiento ni me considero un «pringao». (aunque quizá lo sea 😉 )
    abrazo fuerte

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    • javierfpanadero dice:

      Buenos días, compañero. Ya sabes que la admiración es mutua y muy agradecido por pasarte por «mi casa» y comentar.
      No es un asunto sindical o laboral… es un asunto más del coco y de cómo queremos vivir.
      ¿Es la entrega absoluta al trabajo una forma de vivir equilibrada y deseable?
      Me da igual un profesor, un artista, un papá, quien sea… debe una faceta de la vida absorber casi por completo toda tu vida?
      En mi opinión, no. Si podemos elegirlo creo que debemos atender a todas las facetas de nuestra vida, por nosotros y por aquellos que están en nuestros mundos.
      Y, por lo tanto, enseñar a nuestros alumnos lo contrario, creo que es darles un mal ejemplo.

      Con respecto a la profesionalidad, en la educación sufrimos el constante chantaje del «bien» de los chavales y se abusa de ello.
      ¿Qué hacemos cuando el sistema no provee de los medios suficientes? ¿Absorberlo nosotros o exigir que se provea de lo necesario?
      ¿Es bueno que seamos así? ¿Absorber el abuso y la falta de provisión de un derecho en lugar de exigir su cumplimiento? Y, si esto no es bueno, ¿es bueno dar este ejemplo? En mi opinión, no.

      Como te decía no es un asunto sindical, es un asunto de cómo queremos vivir en lo privado y en lo público.

      Un abrazo

      Javi

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  18. […] Sí, esos que echan la vida en el cole y su tiempo libre corrigiendo… precisamente esos, son un mal ejemplo, un terrible ejemplo de lo que debe ser un profesional. Un profesional es alguien con qu…  […]

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  19. Jesús dice:

    Además de las horas que echamos de más, también habría que añadir las horas de permanencia a las que nos obligan algunos compañeros en las evaluaciónes. No puedo entender, con los recortes y derechos laborales pisoteados a los que hemos sido sometidos, que la hora de término esté fijada, por ejemplo, a las 20:00 y salgamos a las 21:00. Estos compañeros se comportan igual que Lucía Figar, aumentándonos las horas de permanencia porque a ellos les da la gana.

    Y si al menos fuera para algo positivo, pero los cierto es que esta extensión en tiempo de las evaluciones se produce fundamentalmente por falta de capacidad de síntesis y por estar divulgando información sobre la vida íntima de los alumnos y sus familas para lo cual no tenemos su autorización.

    También tienes razón con el chantaje emocional continuo que se produce «por los chavales». Yo les respondo que «habrá que buscar un equilibrio entre profesionalidad y dignidad como trabajadores, ¿no?»

    En fin, que debe ser que hay compañeros que no tienen otra vida más que esta…

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    • javierfpanadero dice:

      Hay q buscar ese equilibrio sin duda

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    • Ángeles Valero dice:

      No creo que la solución vaya por ahí. Se nos olvida que somos equipos de profesionales con cierta -aunque ciertamente cada vez menos- libertad de organización. Yo he pasado por épocas – viviendo sola con un hijo pequeño y sin titos ni abuelos cerca- en las que mis prioridades no las podía decidir yo. Esas circunstancias han cambiado y le dedico más tiempo a la innovación educativa. Si fuéramos capaces de trabajar en equipo de verdad, considerando las necesidades de nuestro alumnado y la disponibilidad real de cada uno, repartiendo tareas, pero con un objetivo común y coordinado, todo sería más fácil. Yo opino que lo que no debemos es dejar que la administración nos divida en más categorías, pasar la página de «cada maestrillo tiene su librillo» y trabajar en común, buscando los puntos fuertes de cada miembro del equipo educativo y las necesidades… No sé, es una idea en la que llevo tiempo pensando. Que opináis?

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      • javierfpanadero dice:

        Trabajar en común me parece maravilloso, pero eso no puede ser con un horario razonable y sin renunciar al resto de las facetas de la vida?

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  20. Sera dice:

    Por si sirve a alguien, yo llevo años sin llevarme tarea a casa salvo contadas excepciones. La fórmula: 1. pensar muy bien el examen para que sea «fácil» de corregir (llevando unos criterios de calificación muy claros en cada pregunta) 2. Corregir durante la clase mientras los alumnos realizan alguna tarea. 3. Sacar petróleo de los pocos huecos que deja el horario lectivo. 5. Tardar a veces un poco más en dar las notas (la semana siguiente en vez de la clase siguiente 5. Tener varios hijos pequeños.

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  21. […] Sí, esos que echan la vida en el cole y su tiempo libre corrigiendo… precisamente esos, son un mal ejemplo, un terrible ejemplo de lo que debe ser un profesional. Un profesional es alguien con qu…  […]

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  22. […] sistema educativo está mal diseñado por una razón muy sencilla: depende del voluntarismo de sus trabajadores para su funcionamiento normal. No es el único caso en el entorno laboral, de […]

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  23. María dice:

    Cuanta razón llevas. Pero es que en España lo que se lleva es presumir de lo que te explotan, aunque cuando nadie mira te escaquees como el que más. Parece que si hablas honestamente y defiendes un trato profesional y justo no eres un buen profesor. Y claro, hay que hacerlo por los chavales… A los interinos con jornadas parciales ya es de coña. A mi este año me hacían dar una hora que no me pagaban. Por qué no le damos la vuelta y me pagas tú a mí las horas que no doy? Teniendo en cuenta que la consejería tiene unos poquitos recursos más que yo… Y lo peor es que a la gente le parece más normal dejarse putear que mirar un poquito qué derechos tienes. Si hablas y lo peleas eres un inadaptado!!
    Tranquiliza ver que hay gente que piensa. Gran post!!

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  24. Cintraven dice:

    No conocia este post y la verdad es que estoy bastante de acuerdo con Javier. La cultura, de una u otra forma nos ha inculcado que el trabajo es algo «por lo que morir» (metafóricamente hablando).

    …»y si no haces esto, el que venga detras de ti lo va a hacer…» (amenaza de despido)
    …»por lo menos tenemos trabajo…» (aguanta todo lo que te echen y encima sonrie)…

    Para mi, el objetivo es trabajar para vivir. Dedicar el tiempo «justo y necesario» (no menos, pero tampoco mas) para cumplir mis funciones. El problema es que siempre vas a ser el que se escaquea, pero prefiero llevar ese peso a quemarme más de lo debido. Hay mucha gente adicta al trabajo y lo respeto, pero no me gusta que ese sea el modelo a seguir (pues fulanito, si le mandas un mail de trabajo un sabado a las 2 de la mañana, te lo responde en menos de una hora. Si el puede, ¿por qué tú no?).

    En la vida hay que trabajar…y muchas más cosas.

    Enhorabuena por la entrada

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  25. Ya va siendo hora dice:

    Muy acertado el artículo. Yo soy profe de Economics&Business en Londres y aquí la tasa de abandono no laboral sino de la profesión docente es cada vez más alta. Y muchas de las razones las relatas en tu artículo. Frustra y es muy poco agradecido. Lo que hay que hacer es buscar la manera de trabajar más eficientemente y hacer que el foco de atención esté en el alumnado. Además así es como aprenden más. Te recomiendo mi blog yavasiendohora.com en el que doy algunos trucos!

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  26. aherran12 dice:

    Amigo Javier, durante 40 años he sido ese profesor mal profesional, pero no me arrepiento de ello, y como antes me faltò la denuncia del sistema ecucativo, ahora me dedico al 100% en Defender la Educaciòn Pùblica, para llegar a Defender la Educaciòn en general
    Lo importante es UNÀMONOS TODOS: Profesores, Alumnos, Padres, Municipios, Comunidad escolar en general para lograr una Educaciòn Digna y Decente pero para Todas y Todos nuestros alumnos
    Gracias y a seguir la lucha

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  27. Alejandro dice:

    Hola Javier, me ha gustado mucho el post pero más me gustaría que dentro de un tiempo pudieses escribir uno en el que parte de los problemas de este se hubiera solucionado. Todo esto que comentas me ha venido ocurriendo en los 6 años de docencia en secundaria que llevo y no aguanto el chantaje emocional que ejercen dirección y padres o la presión de la consejería con las fechas y contenidos en último término. Este año hubo una situación en el aula que me llevó a reflexionar sobre ello, un alumno de un desdoble de Matemáticas (15 alumnos) de 3ESO me preguntó un lunes si había corregido el examen que habían realizado el viernes anterior, puesto que habían pasado tres días, a lo que respondí: los fines de semana no trabajo (mentira que me salió por dignidad, ya que todos sabemos lo que ocurre en las evaluaciones o cuando se acumulan exámenes en ciertas fechas). Hubo cierto revuelo en clase pero como sonó el timbre el tema se resolvió rápidamente. Por supuesto en la siguiente sesión comencé sacando el tema, reflexionado en casa largo y tendido, sin haberlo consultado con la jefatura y asumiendo el riesgo de recibir quejas (teniendo un contrato de un año de prueba por sustitución, sí, en un concertado), comparé mi trabajo como asalariado con el de sus padres en la misma situación, tuve que explicitar profesiones a excluir como autónomos; les conté el tiempo aproximado que llevaba corregir un examen (20-30 min) y las horas disponibles que tenía para ello en el centro, por lo que comprendieron que no les entregara los exámenes corregidos antes de 4 días laborables. No tuve ningún otro problema hasta que un día de examen de evaluación (programado para 2h por dirección) de FyQ con el grupo entero de 3o (30 alumnos), tuve que ausentarme por una urgencia familiar durante la primera hora, que era libre mía. Al volver a los 40 min (jugándome los puntos del carné) recibí un aluvión de dudas que no tuve reparo en resolver y dispuse una hora más para terminar el examen, abarcando otra hora libre mía, que nadie consumió por lo que me fui tranquilo a casa (aunque era consciente de lo contraproducente de un examen de 3h para chavales de 15 años). Pero al día siguiente escuché sorprendido por voz del tutor las quejas de algunos alumnos por haberme ausentado la primera hora y no haber resuelto sus dudas en el momento, algo que me cabreó bastante. Al día siguiente, intentando contener el enfado sin éxito creo, les conté como cedí una hora de mi tiempo libre para solventar una ausencia justificada cuando no era mi obligación estar allí (dejando caer que el posible error era de jefatura al programar mi examen en una hora libre mía) tratando de enmendar el «error», y acabé explicando la razón de que tuviera tantas horas libres: trabajo a 3/4 de jornada; y de paso les razoné por qué podría entregarles los exámenes corregidos más tarde que otros compañeros (a jornada completa) por el hecho de cobrar menos por trabajar menos, además de aclarar la cantidad de horas acumuladas de atención a dudas fuera de tutoría que había realizado, muy a gusto eso sí pero la situación requería manifestarlo. Te puedo garantizar que mi relación con los chavales mejoró y de paso aprendieron a quejarse con motivos y a decírmelo a mí, pero sobre todo comprendieron mi situación y la de mis compañeros como docentes. Con todo esto lo que quiero decir es: aunque quedan muchos flecos por cortar (sobre todo con la dirección y los padres, labor más ardua que con los chavales) se puede educar a los chicos para que exijan sus derechos y aprendan a respetar los de los demás. De hecho creo que a partir del curso que viene algo que explicaré al comienzo de curso, junto a las normas en mi clase, serán sus derechos como alumnos y los míos como docente. Aunque es algo que preferiré, con pena por dejarles, hacer en la pública ya que he aprobado la primera fase de la opo y espero quedar bien en la lista 😄. Un saludo.

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    • javierfpanadero dice:

      Gracias por tu tiempo y tu comentario. Casi siempre los alumnos se merecen más explicaciones de las que les damos (por su madurez) y los adultos menos (por su inmadurez). Un abrazo

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  28. […] Es curioso que los profesores tengamos socialmente fama de vagos, porque no lo somos. No, en general; y yo no, en particular. Pondré dos casos: hoy estoy de vacaciones. Creo que van ya unas ocho o nueve horas de trabajo tirando por lo bajo y todo para el instituto, entre preparar entradas y actividades, y algunas otras cosillas; este verano, también de vacaciones, leí doce o quince libros juveniles, seguro que alguno piensa que porque no tengo nada mejor que hacer: ¿cuánto tarda cualquiera de vosotros en leer, digamos, 100 páginas, 1.000 páginas, 2.o00 páginas? Pero lo peor es que siento que esa apreciación se ha extendido últimamente a ciertas esferas de nuestro mismísimo ámbito profesional. Bueno, pues la realidad más bien está en el extremo opuesto. Y dejo como testimonio de lo que digo un post que otro profesor escribió el año pasado (y con el que me identifico bastante), que, tras publicarlo hoy en mi cuenta de Twitter, ha suscitado algún debate en el gremio: Los profesores somos un mal ejemplo. […]

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  29. […] Es curioso que los profesores tengamos socialmente fama de vagos, porque no lo somos. No, en general; y yo no, en particular. Pondré dos casos: hoy estoy de vacaciones. Creo que van ya unas ocho o nueve horas de trabajo como mínimo y todo para el instituto, entre preparar entradas y actividades y algunas otras cosillas; este verano, también de vacaciones, leí doce o quince libros juveniles, seguro que alguno piensa que porque no tengo nada mejor que hacer: ¿cuánto tarda cualquiera de vosotros en leer, digamos, 100 páginas, 1.000 páginas, 2.000 páginas? Pero lo peor es que siento que esa apreciación se ha extendido últimamente a ciertas esferas de nuestro mismísimo ámbito profesional. Bueno, pues la realidad más bien está en el extremo opuesto. Y dejo como testimonio de lo que digo un post que otro profesor escribió el año pasado (y con el que me identifico bastante), que, tras publicarlo hoy en mi cuenta de Twitter, ha suscitado algún debate en el gremio: Los profesores somos un mal ejemplo. […]

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  30. […] Los profesores podríamos estar dando muy mal ejemplo con ese comportamiento “comprometido” que no lucha por un cambio de sistema, sino que intenta tapar sus grietas, sin conseguirlo, y enseñando a las nuevas generación esa aceptación sumisa y lucha mal enfocada. […]

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  31. Olga dice:

    Me siento totalmente reflejada, no sé si soy buen o mal ejemplo, pero es lo que me hace dormir tranquila por la noche.

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  32. tecnologiabj dice:

    Entiendo perfectamente su punto de vista y lo comparto, aunque me queda una duda…

    Si donde pone “los profesores” ponemos “los alumnos” ¿vale igual?

    Es decir que un alumno se tira toda la Semana Santa por ejemplo estudiando ¿lo convierte en mejor alumno?

    O donde pone “los profesores” poner “Rafa Nadal” o “deportista de élite “¿seguirá siendo válido?

    En cualquier caso una gran reflexión

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    • javierfpanadero dice:

      Absorber todo el tiempo y energías de los alumnos me parece mal, y dedicar toda tu vida a casi a lo q sea dejando cojas otras facetas y sobre todo personas tb. En el caso de los profes es q además de tener q garantizar el servicio para todos debemos ser un ejemplo, por eso creo q en nuestro caso hay un matiz extra. Saludos y gracias por comentar

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  33. A pesar de haber sido escrito hace 3 años es tan real ahora como entonces. Me identifico perfectamente con ese perfil de docente hasta el punto que, un año después de jubilarme, sigo unida al instituto haciendo ‘cosas que sé hacer y que nadie quiere hacer porque no son en horario lectivo y no reducen horas y …’
    Sin embargo, no puedo dejar de hacerlas 😔
    El centro, mi centro en el que fui alumna y profe, al que he estado unida durante 50 años, es parte de mi, de mi vida.
    ¿Qué hago? ¿Cómo me desengancho sin perjuicio para nadie?
    🤷🏻‍♀️

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    • javierfpanadero dice:

      Cada uno puede actuar como quiera y quizá está sea una buena ocupación para ti. La pregunta es, te daña? Querrías dejarlo? Cómo no dejarlo sin q te dañe a ti?

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  34. […] Sé que muchos profesores sacamos a veces nuestra propia estima o nos definimos como personas desempeñando ese papel, contamos nuestras batallas con indignación, pero con un tufillo de orgullo, y es un error, tanto psicológico como laboral. Por eso escribí esta otra entrada con la que tanto os bombardeo en redes “Los profesores son un mal ejemplo”. […]

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  35. Armando dice:

    Quizá tragar es más cómodo ¿no?
    Escribir y obrar en contra de estas condiciones acarrea muchos problemas. Pero iría más lejos y a ese docente «esforzado» le agradecería que se preguntara si hace lo adecuado tragando. ¿Qué modelo transmite?
    Abrazo compañero y sigue señalando deficiencias graves. Es lo que hay que hacer.

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  36. Marién dice:

    Nosotros nos queremos, nos valoramos y evitamos ser los pringaos. Dejamos ver las carencias del sistema y animamos a exigir que mejore. Para criticarnos ya están los falsos que nos nombran autoridad pública mientras nos ponen al pie de los caballos.

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  37. […] este último por el que digo que los que nos conducimos así de vez en cuando damos mal ejemplo (Los profesores son un mal ejemplo). No hay que olvidar nunca que es un buen sistema lo único que garantiza la provisión del derecho […]

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  38. Taisa dice:

    Un aplauso. En España hace falta muchísimo más el valorar a los profesionales. En otros países la gente no se pone a registrarte cuando le dies el precio de algo, o te dicen que es caro… O pagan o no pagan. Punto. Pues con el trabajo por cuenta ajena lo mismo. Hay que valorarse y hay que empezar por uno mismo.

    Los profesores en general dan como poco un 120% de sí y algunos mucho más. Y esta bien como actitud… Pero no como estilo de vida. Gracias por darlo todo, pero ojalá podáis llegar a valoraros más.

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