Parece que las nuevas generaciones (y algunas menos nuevas) estamos un poco hartos de que el sistema nos mastique y luego nos escupa. Si nos sentimos así en Europa, imagina lo que el sistema hace con otros muchos en otros lugares o en nuestra marginalidad.
Como denominación oficiosa general a los grupos surgidos se les llama «Indignados», en parte debido a la llamada que se hacía en el libro del mismo título.
Siguiendo este lema, parecería que tenemos que enfadarnos, que tienen que revolvérsenos las tripas viendo lo que vemos… lo que pasa es que por aquí nos tomamos la pastilla para no enfadarnos.
Además parece que los nuevos tiempos también han cambiado para ellos, para el sistema, y que las manifestaciones, canciones, concentraciones, acciones creativas llamadas a que el poder reconozca el descontento del pueblo y reaccione a su favor… ya no hacen ese efecto.
También por aquí hace poco hicimos un cursillo en el pacífico lenguaje de los hechos y es así como nos apetece hablar:
Habla el pacífico lenguaje de los hechos.
Haz lo que dices, di que vas a hacer lo que harás. Que tus palabras rubriquen tus hechos y que estos canten tu canción.
Actuemos, quizá es más sencillo de lo que parece.
Si nos sirven la sopa fría: Camarero, la sopa está fría.
Si nos exigen que hagamos lo que no corresponde. Disculpa, pero no voy a hacer eso.
No hay que buscar complicados términos, es simplemente señalar lo que no es como debe y cuál va a ser nuestra actitud ante eso. Y, sobre todo, que sean nuestros hechos los que hablen.
Quizá ha llegado el tiempo en el que hay que decir simplemente: No y actuar en consecuencia.
Quizá ha llegado el tiempo de la desobediencia civil y pacífica a lo injusto y a llevar a cabo las acciones que hacen del mundo un lugar mejor.
Quizá ha llegado el tiempo de tomar nuestra responsabilidad individual y hacer lo que nuestra conciencia nos dice que es justo, aunque no todo el mundo se una, y aunque el sistema nos responda de manera hostil.
Quizá ha llegado el momento de decidir si realmente estamos hartos, si realmente nos parece intolerable la muerte y el sufrimiento de millones de personas y queremos tomar acciones para aliviarlo.
Quizá siempre fue el momento, y nosotros nos damos cuenta ahora.
Quizá este momento no es el mejor momento, pero es el segundo mejor momento y el único que tenemos ahora.
Espero encontrarte caminando a mi lado, querido contemporáneo, pero si no es así, seguiré mi camino con otros… sé que no estaré solo mucho tiempo.
¿Seguro que es una puesta de Sol?…
Quizá es el Amanecer
Aquí hay un sendero que puedes querer andar con nosotros:
No, te aseguro que no vas a estar solo y para que no sea así y aunque sea «poca cosa», puedes contar conmigo.
No sé que propondrás, pero creo que la unión de las personas con un único y prioritario OBJETIVO COMUN que la inmensa mayoría de los ciudadanos entendamos ese objetivo como algo NUESTRO y que afecta a nuestro presente y al futuro de nuestros hijos, esta unión es capaz de derribar todas, absolutamente todas las barreras que nos pongan esta panda de «amos del Mundo» que solo piensan en esclavizarnos cada día mas.
Saludos y a mi modo de ver, creo que deberíamos empezar por eso, por unirnos y saber con cuanta gente con ganas de hacer cosas, contamos.
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Yo creo que debemos ponernos en marcha y hacer lo que sea necesario en las situaciones vitales que nos salen al encuentro. La unión nacerá al encontrarnos en el camino. Saludos
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Estoy de acuerdo en casi todo, pero le veo lagunas al camino económico que relatas en el pdf, ya que somos muchos los que nos encontramos con poco dinero, sin trabajo, sin prestaciones y teniendo que agachar la cabeza, tragando orgullo y recurriendo a la familia para no quedarte debajo de un puente… Y hablo desde aquí, la próspera y privilegiada Europa. Comprenderás que así no se pueda ser muy optimista. Saludos.
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Sin cuestionar tu situación y si me permites solidarizándome con ella, creo que si hablamos por este medio es fácil que estemos mejor que muchos y, como lo que se propone es echar una mano proporcionalmente a nuestras posibilidades, pues de nuevo invito a todos a practicarlo. Te aseguro que ha habido épocas en las que lo que apartaba no llegaba a cien pesetas… pero hay otras en las que puedo aportar más. Se va ajustando a los ingresos. Un abrazo
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Yo estoy de acuerdo y creo que por lo menos debemos intentarlo ya que si nosotros fuésemos los que estuviésemos en el «lado no privilegiado», querríamos que otros nos ayudasen.
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Y quizá lo estemos pronto… o, si vivimos lo suficiente, algún día lo estaremos. Un abrazo Carlos
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Chapeau… Te digo lo mismo. Yo ya me harté de ser fina y no levantar la voz ante tanta injusticia y pisoteo de nuestros derechos. Si a alguien le molesta, que se ate la manta a la cabeza como hacemos los demás.
Voy contigo!
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Contaba con vosotros, me pareció ver a una pareja que traía algo que olía estupendamente caminando unos pasos a mi lado y sabía que erais vosotros. Un abrazo.
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