«We don’t redistribute wealth. We earn it»

A veces mis alumnos me preguntan: «¿Para qué vale esto?».

Estas cosas de la ciencia parecen raras y poco útiles. Vale, de acuerdo.

¿Qué me dices de un tío corriendo dando vueltas a una manzana? Desplazamiento cero y acabas cansado… ¿no es más raro que lo mío?

En este caso todo el mundo entiende que está ejercitando sus músculos, su cuerpo, y que eso le mantiene sano.

Pues esa es la respuesta señores, como mínimo, estudiar algo de ciencia ejercita el pensamiento ordenado, el pensamiento crítico, el sentido común… y mantiene nuestra cabeza en forma.

¿Por qué salgo ahora con esto?

Observo que con frecuencia lo que aparece como maldad suele ser pura ignorancia o estar bien aderezado con ella.

El caso del que quiero hablaros es, a mi entender, simplemente ignorancia.

Ayer, con motivo de la votación del asunto de la sanidad en Estados Unidos (enhorabuena!), entre los manifestantes en contra aparece una pancarta que dice:

«We don’t redistribute wealth. We earn it»

(«Nosotros no repartimos riqueza. Nos la ganamos»)

Nacer en el mundo occidental y probablemente en una familia de clase media no se me antoja mérito personal alguno.

Trabajar «mucho» es lo que hacen millones de personas en el mundo. Desde los más «altos» ejecutivos hasta los que tienen que recorrer diez kilómetros diarios para encontrar agua potable. Por lo tanto tampoco me parece un mérito a distinguir.

Y para los que reclamen la «herencia» de su país o su familia, deberían asumir la herencia completa. Eso incluye siglos de explotación y saqueo de las riquezas de otras gentes y otros pueblos.

La redistribución de la riqueza es una cuestión de justicia y sentido común… se puede llegar a esa conclusión sin necesidad ni siquiera de la moral.

Otra cuestión es que elijamos el camino del egoísmo y vayamos directamente a por nuestro aparente beneficio a corto plazo… pero de eso hablamos otro día.

Aprovecho para comentaros que hoy es el Día mundial del agua

Y, una vez más, os animo a que «mantengáis vuestra mirada en las estrellas y vuestros pies en la tierra», os pongáis manos a la obra. Os recomiendo una vez más este texto:

LOS OTROS Y TÚ

8 Responses to «We don’t redistribute wealth. We earn it»

  1. Kris Hari dice:

    Que maravillosamente bien dicho! Felicitaciones.

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  2. Luis Blanco dice:

    Totalmente de acuerdo. ¿Que diría el manifestante si su aseguradora médica le negase un tratamiento médico o una operación quirúrgica por alguna claúsula de su contrato? En mi opinión merece la pena defender el sistema público de sanidad universal. Un abrazo.

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  3. David dice:

    Y lo que es mas duro para la gente con conciencia moral y espíritu crítico. Podemos probarlo científicamente.
    Basta con echar un vistazo a la esperanza de vida de los paises comparado con su nivel de redistribución social de la riqueza.
    Claro que habrá quien piense: «¿Que beneficio significa para mí que la esperanza de vida media en mi país aumente cuando mi salud está garantizada por mi propia riqueza sin necesidad de distribuirla?».
    A esta gente habría que explicarles que los cerebros más brillantes del último siglo no salieron precisamente de familias «benestants»(es en catalán; no sé traducirlo al castellano). Y los avances que lograron en materia sólo de técnica sanitaria son los que ahora mismo garantizan la supervivencia de los que jamás dedicarían un segundo de sus vidas a tratar de mejorar la salud de los demás.
    Ciertamente durante siglos la ciencia avanzó por el mecenazgo o la acción directa de las familias más afortunadas, pero a una velocidad tan lenta que el incremento relativo en esperanza de vida durante esos siglos es apenas del 1% respecto al actual, medido desde los tiempos de Cristo (sí, ya sé que no debería mencionarlo, pero es por poner una referencia).
    Y lo mismo vale para la educación, la justicia y tantas otras áreas que mejoran nuestra calidad de vida.

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  4. José Luis dice:

    Hay muchas personas que creen que son las únicas que trabajan y que su trabajo es el único que importa de verdad, los demás no trabajamos tanto como ellos o nuestro trabajo no es tan importante. Además de egoísmo esa gente demuestra que no sabe reconocer lo que le debe a los demás, y también ignoran que han podido tener mejor suerte que otras personas que han peleado igual o mas que ellas.

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  5. En muchas ocasiones, los alumnos que están convencidos de que la ciencia sirve para algo reaccionan diciendo «Sí, es importante, pero que lo estudien otros». ¿No os ocurre los mismo?

    Tenemos doble trabajo, convencer de la utilidad de lo que enseñamos y que valoren que el conocimiento nos ayuda a tener una vida más plena. «Si lo estudian otros, tú te vas a perder una parte maravillosa de la vida: la cultura.»

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    • javierfpanadero dice:

      Gracias por pasarte por aquí, Lorenzo.
      Si me permites discrepo con el acercamiento tradicional al intento de divulgar, el «utilitarismo». En mi opinión, los grandes de la ciencia, o cualquiera de nosotros compartimos la razón por la que nos acercamos a la ciencia: la amamos. Amamos su belleza formal, conceptual, o simplemente estética. Y esa es la verdadera razón que nos hace pasarnos horas con ella, contemplando una célula o una galaxia. Desde ese punto de vista, compartimos «razones» con cualquiera que tenga la suerte y el valor de dedicarse a su vocación. La gente lee poesía porque le emociona, y aunque mejore su redacción o su ortografía, no son esas las razones que le mueven.
      En mi opinión, intentar que les convenza lo que no nos convenció a nosotros (el discurso utilitarista) es una empresa condenada al fracaso. En su lugar mostrémosles lo que nos convenció a nosotros, su belleza.

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