En esta época navideña seguro que tenéis planes y deseos para el año que viene.
Por mi parte, antes de despedirme por estas vacaciones, os voy a hacer un regalo.
Te concedo todos tus deseos.
¿Qué querías?
¿Que te dieran ese puesto en el extranjero?… ¡Concedido! Ya es tuyo. Mañana sale tu avión.
¿Ser famoso y reconocido? Hecho. Hay diez personas esperando para abrazarte tras tu puerta.
¿Que tus hijos se independizaran por fin?… Vale, mañana se mudan.
¿Que Pepita/Juanito te dijeran que “sí”? De acuerdo, ya sois pareja.
¿Tener un hijo? Chupi… estáis embarazados.
…
¿Cómo te sientes?
¿Bien? ¡Estupendo!…
…
¿O quizá estás intranquilo? ¿Incómodo? ¿Te parece “demasiado pronto”?
Qué raro… ¿no? Era tu deseo al fin y al cabo…
…
Analicemos esto.
Uno de los atributos de nuestra mente es la imaginación, la capacidad de proyectar futuros (y pasados) hipotéticos. Los avances en imagen médica muestran que los patrones de actividad cerebral son bastante similares cuando rememoramos, imaginamos o “vivimos físicamente” una situación.
La medicina más reciente también nos enseña la influencia que tienen los pensamientos y sentimientos sobre nuestro estado físico, positiva y negativamente.
Uniendo estas dos ideas podemos hacer este sencillo ejercicio.
Concédete tus deseos.
Imagina vivamente que tienes aquello que dices que anhelas… y presta atención al primer sentimiento que aparezca. No generes un discurso mental, simplemente “mira” como te sientes.
Si te sientes maravillosamente, genial. Es un deseo genuino.
Si sientes intranquilidad, que es demasiado pronto para “tenerlo”, sentimiento de pérdida sobre tu situación anterior… tenemos un problema, compañero.
Con frecuencia nuestros deseos son un discurso que elaboramos para que lo escuchen los demás (o nosotros mismos), pero nos paraliza el pánico ante la perspectiva de que nos sean concedidos de verdad. Por eso tantos se abrazan a ilusiones “imposibles”… “cómodamente” irrealizables.
El problema es que para que nazca un presente o un futuro mejor… tiene que morir el pasado.
El “buscador” tiene que morir cuando ha encontrado su destino para convertirse en “encontrador”.
El estudiante se convierte en titulado, el joven en adulto, el soltero en emparejado… Esos deseados logros, esconden una transformación personal.
La personalidad con la que te identificabas tiene que desaparecer para que nazca tu nuevo “yo”… y a veces es duro.
Sólo cuando realmente deseas la nueva situación vital, o se te hace insoportable la que vives, estás en disposición de cambiar tus “viejas vestiduras” por otras nuevas.
Resumiendo, que me enrollo.
– La ciencia me enseña que mis pensamientos y sentimientos influyen en mi estado físico.
– La ciencia me enseña que imaginarme o rememorar una situación se aproxima bastante a “vivirla”.
Imagino los hipotéticos futuros “presuntamente” deseados y observo mis sentimientos, incluso mis sensaciones físicas.
Identifico así los verdaderos deseos, separándolos de “la paja” (lo que se supone que debo querer, lo que otros quieren que quiera, etc.)
…
Ten claras las cosas que de verdad quieres y enfoca tus energías en conseguirlas, amigo.
Engañar a otros puede ser contraproducente, inmoral, etc… pero engañarse a uno mismo, es tan triste…
Felices Fiestas y… de nada, ha sido un placer haceros este regalo.
Foto: De este veranito
Que bueno empezar las vacaciones con este regalo tan bueno.
Yo quiero compartir contigo y con todos tus comentaristas el siguiente deseo: «QUE TODOS LOS QUE QUIERAN TRABAJAR, TENGAN UN TRABAJO DIGNO.
Siguiendo tu recomendación, me he imaginado con el deseo cumplido y me he sentido bien, agusto, feliz
Pero me ha surgido una duda ¿ No tendríamos que hacer algo los que ya tenemos un trabajo digno ?
Muchas gracias Javier, y que tu deseo te sea cumplido
Un fuerte abrazo
Antonio
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Gracias por el comentario.
Que si tenemos que hacer algo?
Una vez identificado un deseo genuino… hay que tomar las acciones para convertir ese futuro hipotético en presente.
Un abrazo… y hasta mañana, riojano!
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Simplemente, espectacular…. yo, sin quererlo y, tal como te comenté, suelo ponerlo en práctica y, todo sea dicho, funciona realmente. Un abrazo y gracias por compartir con nosotros todas estas cosas. Eres un gran tio Javi!!!. Felices Fiestas y sigue así. Estoy convencida que todos tus deseos se van a hacer realidad algún día.
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Como también te dije Vanessa, yo feliz de estar con vosotros y recibir tantas cosas buenas. Que seáis muy felices y que lo veamos todos…jeje
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Estoy de acuerdo, todo influye para sentirnos bien o mal y a veces esos deseos son mas de cara a la galería. También añadiría que, si nos conceden dichos deseos así sin mas, tampoco nos satisfarían del todo, porque aquello que logramos sin luchar, es menos logro. Hay un dicho por ahí que lo define mejor, pero nunca me acuerdo. :S
Me ha encantado la entrada!!
Besos y felices fiestas a ti también!!
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Con respecto a «ganarse» los deseos veo dos vertientes.
1. Casos en el que el verdadero deseo es el camino (como dar un paseo, cursar unos estudios). Estaría de acuerdo contigo.
2. Casos donde «querer ganarse» el deseo esconde posponer el cambio.
Si todo va bien en mi coco, no necesito esperar o ganarme la curación de una enfermedad, conseguir una buena oferta de empleo o que mi ordenador funcione… después de reiniciarlo estás tan contento de que tire… aunque no sepas la razón ni te lo hayas ganado, jeje.
Felices Fiestas y un abrazo
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Muy buen articulo javier!! Your wish is my command
Esto funciona mas o menos como el efecto placebo… todo esta en tu mente
Un saludo y felices fiestas!!
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Gracias, felices fiestas también para ti.
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Buen artículo y buen regalo Javi,
Leyendo tu entrada me han venido a la mente algunas frases de las que suelo acordarme a menudo:
– «El volumen del éxito debería medirse en el volumen de lo que se ha sacrificado a cambio». Muchas veces podemos conseguir lo que queremos, pero ¿a cualquier precio?, ¿compensa alcanzar una meta y dejarse cosas más importantes por el camino?
– «Ten cuidado con lo que deseas, que a lo mejor lo consigues». Muchas veces queremos alcanzar algún deseo y cuando lo alcanzamos y hemos sacrificado cosas no es lo que esperábamos, o nos cansamos pronto de ello, o tiene otras implicaciones que nos gustan menos.
– «La felicidad está en la antesala de la felicidad». Esta es de Punset y él lo explica mucho mejor que yo. Somos más felices tratando de alcanzar nuestro sueño y poniendo de nuestra parte por conseguirlo que cuando finalmente lo tenemos.
– «¿Es realmente importante?». Cuando hacemos algo deberíamos hacernos esta pregunta y centrarnos en conseguir los objetivos que queremos conseguir, no perdiendo el tiempo en cosas absurdas o en tratar de conseguir objetivos que otros nos intenten imponer.
Feliz Navidad Javi.
Un abrazo,
Raúl
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Interesante comentario… aunque discrepo con Punset. La salida a la paradoja del objetivo insatisfactorio creo que se haya en otro punto, la serenidad del ser… seguiremos investigando.
Un abrazo y feliz navidad
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Muy acertado tu post y los comentarios, ¡y cuanta razón en lo que dices!
Gracias por este regalo, Javier, y felices fiestas y vacaciones.
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Gracias José Luis, me alegro de que sirva
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¡¡¡Uf!!!
Qué bien explicado… No sé si me explico… ¡¡¡Qué BIEN explicado!!!
Esta entrada debería ser una referencia obligada en Navidad, en los cumpleaños, a la hora de tomar decisiones vitales importantes… Sencilla y potente…
Y es que una frontera que todavía no hemos alcanzado la gente docente es la de la neurobiología. No la neurobiología compleja, sino la clara, la sencilla (si es que eso existe, aunque en tu entrada sí está). Estamos liados con las tIC (y así debe ser, eh?) pero se nos olvida el cerebro…
Bermúdez de Castro lo contaba el otro día en Público, sobre todo en el último párrafo. Y es que el cerebro nos hace humanos (que tampoco es gran cosa) y la educación ciilizados (que eso sí que es un valor añadido).
Por si sirve, dejo el enlace http://blogs.publico.es/ciencias/general/874/cerebro-pensante/
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Gracias por el comentario José Luis. Saludos
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Muchísimas gracias Javier. Ha sido genial.
De corazón, GRACIAS.
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Encantado de que os guste, gracias por comentar
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[…] Quizá os sirva esta técnica, muy sencilla y muy esclarecedora, que se cuenta en este enlace. […]
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[…] Os concedo vuestros deseos […]
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[…] entrada es una aplicación práctica de esta otra (Os concedo vuestros deseos) que hemos incluido en el libro ¿Cómo le explico esto a un […]
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Me ha gustado este post, le he estado dando vueltas (llego a través del enlace que le has puesto hoy). Haciendo uso de mi imaginación, creo que sólo me satisfarían los deseos que ya están a mi alcance. Creo que no es posible ni agradable imaginar situaciones demasiado remotas o que impliquen demasiados cambios. Véase: si alguien se ha presentado a un concurso, realmente desea ganarlo e imaginar esa situación no genera controversia. Pero si desea una situación mucho más alejada (véase: vivir en Beverly Hills) su irrealidad y el contraste con su situación actual es tan grande, que resulta imposible encajarlo.
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Es posible, pero estas ilusiones lejanas y casi irrealizables constituyen una cómoda justificación precisamente por su improbabilidad. El problema es cuando se convierten en tu motor. Por ejemplo, trabajar y trabajar hasta hacer unos millones y mudarte a BH. Saludos
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[…] This post was mentioned on Twitter by Felipe Cendales, Vasco. Vasco said: Interesante. ¿Queremos realmente lo que deseamos? Pensemos. http://goo.gl/4JV6 […]
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[…] Una manera sencilla de averiguar esto es mirar qué acciones, cuánto tiempo y cuántos recursos o dinero empleas para ello. Si no son muchas… puedes intentar engañarme a mí, pero no te engañes a ti mismo. […]
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